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—¿Mamá y papá están preocupados, tía Sophie? —preguntó Abigail y luego rodeó el cuello de su tía favorita con sus brazos.
Estaba acostada en la habitación principal de Rafael y Marissa porque una sirvienta le había informado a Sophie que el señor Sinclair quería que sus hijos durmieran allí.
—Oye. Únete a nosotros —le ofreció con una sonrisa amigable, pero él negó con la cabeza y apretó los labios.
—No, tía Sophie. Pero gracias. Quiero dormir en mi cama —dijo con los hombros caídos, estaba a punto de alejarse cuando Abi llamó su nombre.
—Georgie. No te preocupes. Me despediré antes de ir al hospital —Georgie le dio una sonrisa débil y Sophie sintió que había crecido varios años.
Marissa había localizado a su padre, pero no pudo contactarlo debido al regreso inesperado de Rafael a sus vidas.
Alex y Ariel ya se habían ido a dormir pero Abi solo estaba mirando el techo, —Oye, cielito. ¿En qué estás pensando?
—¡Nada! —Abi trató de sonreír y luego negó con la cabeza.