Marissa rodó los ojos y colocó sus manos en sus hombros, apreciando los músculos que podía sentir debajo.
—¿Y qué hay de tu corazón? —sus ojos escanearon su rostro.
—Ya te dije que te amo, Rafael. ¿Por qué no puedes corresponder mis sentimientos? ¿O todavía hay un lugar especial para Valerie también?
—Sé lo que está pasando allí dentro —él tocó su cabeza—. Y esta noche abordaré todas tus preocupaciones. Lo que sea que haya en tu corazón, y lo que sea que haya aquí en mi corazón —él puso la palma de ella en su pecho—, solo recuerda. Mi corazón late por ti, Marissa.
El corazón de Marissa se saltó un latido.
—¿Mi corazón late por ti?
Por el momento eso era suficiente para ella. Por ahora, estaba contenta con eso. Esperaría por él después del evento.
Si por alguna casualidad, él expresara su amor por ella entonces…
—¿Entonces qué haría ella?
—¡Podría morir de felicidad!
***