—¡Sophie! —Se levantó perezosamente y caminó hacia el balcón que ofrecía una vista impresionante de la ciudad.
—¿Cómo estás, Mar? ¿Qué dijo Nina? ¿Valerie intentó hacerte daño? Juro que las mataré si todavía te están dando problemas... —Sophie empezó a bombardearla con preguntas en cuanto Marissa contestó su llamada.
—Relájate, Sophie. No, no hicieron nada —calmó a su amiga, con suavidad—. Sigo entera —añadió con una risita y se sintió feliz de que Sophia se preocupara por ella.
—¿Y ahora qué, Marissa? —Sophie le preguntó y pudo detectar un atisbo de preocupación en su voz.
—Nada —respondió Marissa con un suspiro—. No creo que puedan hacer nada mientras tú estés conmigo... y... Rafael también —terminó con un poco de vacilación.
—¡Guau! Entonces, confías en él ahora. ¡Eso es bueno! —Marissa quería negarlo, pero su lengua parecía atada.