Un día, mientras patrullaba los tejados de Nueva York, Spider-Man detectó una extraña señal proveniente del espacio. Siguiendo su instinto arácnido, se balanceó hacia el punto de origen y se encontró con una nave espacial estrellada. De sus escombros emergió un ser alienígena herido llamado Zaraan.
Parte 7: El Pacto
Zaraan pertenecía a una antigua raza de guerreros cósmicos. Agradecido por la ayuda de Spider-Man, le reveló un secreto: su sangre contenía una energía única capaz de desbloquear aún más potencial en el joven héroe. A cambio, Spider-Man debía ayudar a Zaraan a recuperar su nave y detener una amenaza intergaláctica.
Parte 8: La Fusión
Spider-Man aceptó el trato y se sometió a un proceso de fusión con la sangre de Zaraan. La energía alienígena se entrelazó con su ADN, otorgándole nuevas habilidades. Ahora podía generar campos de fuerza, manipular la gravedad y comunicarse telepáticamente con otros seres.
Parte 9: Los Nuevos Enemigos
Con sus poderes amplificados, Spider-Man enfrentó a enemigos más allá de la Tierra. Se cruzó con Lord Vortex, un tirano galáctico obsesionado con la conquista. También luchó contra los Devoradores de Mundos, criaturas que amenazaban la existencia misma.
Parte 10: El Legado Cósmico
Spider-Man se convirtió en un protector no solo de Nueva York, sino del universo entero. Su traje se modificó, ahora con detalles estelares brillantes. Pero, ¿qué más le aguarda en las vastas extensiones del espacio? Solo el tiempo y su evolución continua lo dirán