Mientras se iban rápidamente por encima de los techos empezó a oscurecer y no se decidían por qué hacer ahora.
—Dinos Denius, ¿a dónde iremos ahora?— preguntó Zenith jadeando mientras corrían.
— bueno, creo que este problema aún no lo harán público, así que podríamos ir a cualquier lugar y alquilar un cuarto, aunque eso nos dejaría un poco al descubierto— respondió Denius.
— ¿no crees que los magos del ejército podrían rastrearse con magia de rastreo?— exclamó Zenith.
—Ciertamente, podría ser siento… entonces, por precaución, ¿qué tal si nos vamos más alejando de los pueblos?—les propuso Denius al grupo.
Todos afirmaron que esa podría ser una buena idea, además, tenían que ser precavidos, y más con esta situación, no se sabía si hay guardias buscándolos o algo así, y mientras más alejados estén menos probable es que los encuentren con magia de rastreo.
Y así, los príncipes pasaron la noche en una cueva no muy alejada del pueblo.
A la mañana siguiente mientras los príncipes se alistaban sintieron algunos fragmentos de poder que podían sentir que se acercaban, no estaban seguros de si eran algún grupo de aventureros que pasaban por hay o si era algún grupo de soldados, pero, por precaución, se alistaron rápidamente, intentaron disminuir el aura de su éter tranquilizandose y vigilaron desde la oscuridad de la cueva.
—¡Salgan de ahí, sabemos que se ocultan!— gritó un soldado.
Los príncipes se asombraron, tal vez no disminuyeron su poder lo suficiente o ya los habían visto desde lo lejos, pero ahora ya no importaba, debían dar la cara y enfrentarse a los soldados.
Rápidamente, Lidius hizo un conteo de los soldados.
— Son 3 cañones, 5 magos, y 20 guerreros de cuerpo a cuerpo.
— Bien, ¿creen poder con esto?— preguntó denius a los demás.
Al instante Denius y Zenith salieron lo más rápido posible directamente hacia los 20 guerreros, Lidius y Elionar usaron magia de agua y tierra para crear lodo y así neutralizar a los guerreros, con la mayoría de guerreros neutralizados Zenith y Denius fueron directamente hacia los magos mientras Lidius y Elionar se encargaban de los otros 5 cañones.
No tuvieron muchas complicaciones con los cañones y los hechizos de los magos, no pasó nada fuera de lo habitual, fue como un simple calentamiento.
Entre ellos empezaron a dudar si estos eran los soldados que vendrían por ellos, ya que se les hizo muy inusual que mandaran a soldados tan débiles. Sus padres sabían que ellos eran excepcionales, así que no bajaron la guardia.
Tras derrotar al último oponente en pie, Lidius, quien estaba observando, se dio cuenta de algo. Los cuerpos de los soldados se estaban derritiendo, como si de arcilla se tratase. Lidius dedujo que, como creían, este no era el ejército verdadero, eran títeres de arcilla.
—¡Chicos, esto no está bien, debemos huir, este ejército era un señuelo, son títeres de arcilla, este hechizo es de nivel imperial¡¡— les gritó Lidius a los demás.
Todos se alertaron, si en el Ejército había alguien de nivel imperial debían unir lo más rápido posible, los derrotaron muy fácilmente y no podrían ni imaginar lo que les harían ahora que saben los planes oscuros de los reyes.
El verdadero ejército ya había llegado, primero llegaron los guerreros cuerpo a cuerpo, quienes fueron bajando por la colina por la que iban llegando, los príncipes se encontraban en el lugar más bajo de la colina, un poco hundido en la superficie, Lidius y Elionar fueron atacándolos desde la distancia para evitar que se acercan, al mismo tiempo, lidius agarró una de las espadas de los guerreros que yacen en el suelo, así rápidamente fue esquivando y acercándose a los arqueros que venían por el otro lado.
Con un poco de magia de impulso logró derrotar a algunos arqueros, pero no salió ileso, unas flechas le dieron en la pierna, así mismo, Zenith intentaba alejar las flechas de las espaldas de Lidius y Elionar.
A este ritmo ellos no podrían aguantar más peleando, se agotaban poco a poco y los soldados no dejaban de llegar, así que decidieron retirarse.
—¡LIDIUS¡¡— gritó Denius mientras peleaba—!! Teletransportanos¡¡.
Al instante Lidius dejó de retener a los soldados y empezó a acumular energía, los príncipes se pusieron a su alrededor para protegerlo mientras estaba al descubierto, empezó a liberar una luz violeta intensa que luego cambió a una oscura, que se expandió Y luego se comprimió desapareciendo junto con ellos.
Tras eso el Ejército de soldados no supo qué más hacer, así que se lo comunicaron a los reyes.
— Majestad, lamentamos informarle que la misión, ha fracasado— dijo el mensajero.
— … Vaya, no me lo esperaba… bueno, creo que tendremos que poner en marcha el siguiente plan— respondió el rey Arturus.