Al acercarme al comedor, un olor apetecible invadía mi sentido del olfato.
*Gruñido*
'Je..'
Las comisuras de mis labios se elevaron en una sonrisa burlesca. Mis ojos enfocándose en la niña en mis brazos, a lo que rápidamente escondió su rostro ligeramente sonrojado.
"No fui yo.." Negó Anya, sus palabras parecían más un susurro, que una negación en si.
"si,si, no te preocupes." Traté de consolarla con mis palabras, acariciando su espalda reconfortandola.
Supongo, que aunque sea una niña, sigue siendo una mujer. Por lo que es bastante sensible con ese tipo de cosas, extrañamente nuestra interacción era bastante.. natural.
Algo bastante extraordinario, consideran el poco tiempo que llevo conociendola, pero, supongo que para ella es bastante tiempo, considerando su corta edad.
"Mmm" Anya un poco más tranquila simplemente se limitó a frotar su rostro contra mi.
Después de por fin llegar al comedor, tomé asiento, mientras esperaba a los demás. Bajando a Anya para que tomará asiento junto a mi.
"!Nooo!" Anya levantó ligeramente la voz, enojada, y en un parpadeo se subió encima mío, sentándose en mi regazo.
"!Aquí, este lugar es mío" Reclamó, de manera bastante autoritaria, frunciendo el ceño levemente.
"Está bien, supongo es cierto" Dije, con voz lastimera, sin ningún tipo de opción.
"Jaja. Shinomiya-san, todos podemos ver a través de su acto, usted simplemente quiere que Anya reclame su regazo como suyo, y así sentirse bien." Una voz de una mujer joven interrumpió el agradable momento, sus palabras y su forma de dirigirse hacia eran bastante formales, como si tratase de marcar una línea.
"¿Y lo malo? Es un gusto adquirido, por las incontables veces que he cenado aquí." Dije mirandola fijamente, sus ojos evitaban los míos como un ciervo ante un cazador.
Saki Yoshida, la novia de mi guardaespaldas.
Nuestra relación es un tanto incómoda, pero puedo entender de dónde viene. Ella no tiene una relación cercana conmigo, a diferencia de Daniel y su madre, que son bastante concientes de mi forma de ser.
Para ella solo soy un joven rico, del cual su novio es guardaespaldas y por alguna razón es cercano a madre.
Ella solo conoce al "Akira Shinomiya" del que todos hablan, un joven arrogante, que se dedica como pasatiempo a la industria del entrenamiento.
Por mi parte, no siento más que una ligera lastima por ella, debido a que soy conciente de lo que era originalmente su destino. Y aunque no le agrade yo, personalmente encargue que su familia no la molestara más, ya que sería un peligro para ella, si las cosas hubieran seguido su curso.
Solo digamos.. que en la computadora de su padre encontraron evidencia del delito de la "P" por una denuncia anónima, y aunque la mayoría fue evidencia plantada.. si había un poco, por lo que mi conciencia está bastante limpia.
El silencio llenó el lugar, por nuestra parte, Anya junto conmigo disfrutamos de la compañía del otro.
*Click*
El sonido de una puerta abriéndose llegó desde la otra esquina del departamento, lo que hizo que nuestra miradas se enfocarán en el recién llegado.
Un chico delgado se acercó a nosotros, y al mirarnos sonrió."Hola, Akira, Anya.. y Saki" su sonrisa creció sin límites al enfocarse en Saki.
El ver el cuerpo original de Daniel siempre era un contraste bastante grande, en especial para mí. Que era conciente del potencial que el tenía.
Observándolo, decidí analizarlo, sin más que hacer, mientras esperábamos a Minoru.
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Nombre: Daniel Park
Edad: 17 Años
Raza: Humano
Condición: Euforico, ligeramente excitado, Hambriento
Titulo: [Subordinado Leal] [Hombre de Familia] [Novio Cariñoso]
Habilidades:
Enlace Del Alma: (¿¿??)
Copiar: Épico
Habilidad en la cama: Novato
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'....'
Vaya..
Supongo que es de esperarse de alguien que recién perdió su virginidad, debería de hablar con el sobre disimularlo un poco más.
"¿Solo falta Minoru? El siempre se toma su tiempo antes de entrar.." Habló, tomando asiento junto a Saki, y enseguida ambos pegaron sus cuerpos, tratando de estar lo más cerca uno del otro.
Saki por su parte, no parecía molestarle. Algo bastante evidente por la forma en la que pegaba su cuerpo a Daniel.
"¿Anya, recuerdas lo que me preguntaste?" Pregunté, tratando de cambiar la atención de Anya, para que no escuche nada de la mente de los dos adolescentes lujuriosos.
"¿Mmm?!Ah! ¿La escuela?" Preguntó, expectante, sus ojos verdes llenos de una luz inocente.
"Si, estuve buscando un preescolar con las condiciones apropiadas, con las herramientas necesarias para ofrecer una educación ejemplar y.. con buena privacidad"
El lugar que encontré es bastante decente, y con los asuntos de los documentos de identidad de Anya resueltos, supongo que es hora de que vaya a la escuela.
El único problema sería sus tutores legales, y ya que no puedo serlo por mi edad, la responsabilidad caerá en la madre de Daniel.
"Akira, ¿estás seguro? Digo, ella probablemente esté un poco detrás de los demás niños.. y aunque ya hablaste todo con mamá, no puedo evitar preocuparme, ¿realmente no habrá problema?" Preguntó preocupado Daniel, mirando a la entusiasta niña en mi regazo.
Daniel es conciente del pasado de Anya, por lo que sabe que ella no tuvo una educación "convencional" si es que tuvo alguna, entiendo su temor por ella.
"No te preocupes, ella es más inteligente de lo que crees, además, le enseñaré lo básico y estaré con ella para ayudarla con sus deberes"
Planeo enseñarle lo esencial, pero no creo que pueda evitar que ella haga trampa con sus habilidades psíquicas. Lo máximo que puedo hacer es enseñarle lo básico sobre la moralidad.
*Toc* *Toc*
El sonido de alguien tocando la puerta detuvo nuestra conversación.
"Jeje" Anya corrió hacia la puerta, parecía haber tomado cómo un deber el recibir a los invitados.
Unos momentos después entró, acompañada de la mano de un joven con actitud nerviosa.
*Suspiro*
Minoru por alguna razón insistía en conservar su acto de "personaje secundario" al tomar una actitud nerviosa y un poco tímida.
Cosa que por alguna razón, Anya tomó como una especie de juego secreto entre nosotros. Siendo las únicas ajenas a ello, Saki y la madre de Daniel.
"H-hola, e-espero no haber tardado demasiado tiempo.." Dijo Minoru, rascando su cabeza en señal de disculpa.
Daniel y yo no pudimos evitar sonreír de manera amarga, viendo el acto de Minoru
Después de su actuación impecable tomo asiento, ahora por fin podíamos iniciar la cena.
"Ya que estamos todos aquí, es hora de iniciar, jaja, espero sinceramente que lo disfruten" Dijo la madre de Daniel, acomodando todos los platillos en la mesa.
Al terminar, miró su obra con ojos orgullosos y una sonrisa satisfecha.
La mesa estaba bien servida, llena de platos que combinaban lo tradicional japonés con un toque coreano proveniente de la patria de Daniel.
No había duda de que la madre de Daniel sabía cómo hacer sentir bienvenidos a sus invitados. Cada detalle, desde los tazones perfectamente colocados hasta el olor tentador del arroz recién hecho, reflejaba su habilidad como anfitriona.
Yo tenía a Anya sentada en mis piernas, como una niña pequeña pero astuta, sabía exactamente cómo ganarse el corazón de cualquiera.
"Ahh." Anya abrió la boca con una mirada expectante, sosteniendo los palillos en una mano como si estuviera lista para pelear por su próxima porción.
"Tranquila, pequeña glotona, aquí tienes." Le acerqué un pedazo de pescado perfectamente sazonado, y su sonrisa satisfecha fue mi recompensa.
Alimentarla me recordaba a mi hermana Kaguya cuando era pequeña. Aunque sus personalidades eran demasiado diferentes, la sensación de proteger y cuidar permanecía. Algo en ese sentimiento me llenaba de una nostalgia que prefería no verbalizar.
Daniel y Saki parecían atrapados en su propio microcosmos. Ella intentaba comer con calma, pero sus mejillas rosadas y sus constantes desvíos de mirada me decían lo suficiente. Cada vez que Daniel la miraba ella se estremecía de forma adorablemente torpe.
"¿Todo bien, Saki?" preguntó Daniel, inclinándose un poco hacia ella.
"¡S-sí!" respondió con tanta rapidez que casi hizo caer el vaso que tenía en la mano.
'Qué par de novatos'
Pensé mientras ocultaba una sonrisa tras mi taza de té. Aunque en el fondo, no podía evitar admirar el progreso de Daniel. Este Daniel ya no era el chico inseguro que conocí, ahora era alguien que, aunque torpe en su propia relación, enfrentaba el mundo con una actitud confiada.
Minoru, por otro lado, era un caso aparte. El chico estaba sentado al borde de la mesa, su postura rígida y su mirada fija en su plato. Cada tanto hacía comentarios educados, claramente forzados.
"Esto está delicioso, señora Park," murmuró en un tono neutral, alzando la mirada por un segundo antes de volver a bajar la cabeza.
"Gracias, Minoru. Me alegra que lo disfrutes," respondió la madre de Daniel con esa calidez que hacía que todos parecieran relajarse un poco más... excepto Minoru.
'Parece que intenta comportarse al obligarse a actuar "normal", aunque el nunca será normal, ni siquiera si lo intenta.'
Entonces, como si fuera un golpe de gracia, la madre de Daniel soltó una frase que dejó a todos en silencio.
"Es bueno tenerlos a todos aquí, especialmente a ti, Saki. Espero que sigan cuidándose mutuamente, ver sus interaciones me llena de dicha, en especial el tierno intercambio entre Akira y Anya.. verlos es bastante satisfactorio, quién sabe, tal vez pronto tenga nietos a los que mimar como a Anya."
El efecto fue instantáneo. Daniel dejó caer los palillos, y Saki casi ahogó un jadeo, con el rostro completamente rojo. La atmósfera se llenó de una mezcla de nerviosismo y risas contenidas.
"¡Mamá!" protestó Daniel, pero su madre solo sonrió, disfrutando de la reacción.
Anya, ajena al momento, simplemente levantó la vista y me miró con curiosidad.
"¿Qué es un nieto?" preguntó con inocencia, inclinando la cabeza.
"Algo que no tendrás que preocuparte en mucho, mucho tiempo," respondí, dándole un suave toque en la nariz.
Mientras tanto, Minoru murmuró algo inaudible, probablemente agradeciendo que no era el centro de atención. Y yo, aunque intenté mantenerme neutral, no pude evitar reír para mis adentros.
'Definitivamente, esta será una noche que Daniel no olvidará.'
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Autor: hola, la verdad no se que pensar de este capítulo.. en parte me gusta, pero por alguna razón no puedo evitar pensar que lo pude haber escrito mejor.