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Chapter 181 - El enfrentamiento que queremos evitar

Efectivamente ahí estaba el tuerto de Arthur, junto con once hombres más del cual conocía dos, uno era Veremer un soldado bien entrenado y respetado en Dublín, siempre seguía las ordenes de Fregan y el otro era Giden; a él curiosamente solo o vi una vez, fue de los que tuvo que enfrentar a Roja, y ella le gano facilmente, así que al menos no me preocupaba por él.

La pequeña cabaña era diminuta, pero para tener tanto hombres, significaba que adentro estaba lo que veníamos a buscar. Nos devolvimos con Finley para avisar a los demás.

-Gran, la pequeña es la hija de Ladia, ¿no es así? - pregunto mi calvo amigo en un tono frío.

Me pillo con la guardia baja, porque todo mi lenguaje no verbal me delato en el acto.

-Si es ella, Ladia antes de morir me pidió que cuidara a su hija. De casualidad la conocí antes de ir a la batalla de la pradera, entonces debido a ciertas cosas despues de que tuviera que matarla me pidió lo que te mencione, y ahora es mi hija.

Finley se froto el largo mostacho que tenia por bigote.

-¿Ella lo sabe?, me refiero a que mataste a su madre, sabe que su protector es el asesino de madre, que le arrebataste la única familia que le quedaba.

-No la mate por gusto Finley intente detenerla, pero no tuve opción o la mataba o ella me mataba a mi, y no, no se lo contare, no al menos hasta que crezca un poco más, pero si tengo pensado decirle la verdad... 

-Gran lo que haces esta mal, esa niña debería crecer con nosotros, con su gente no con un ingles, deja que me la lleve, nosotros le podemos dar un lugar mejor...

-Tócala y te mato Finley, hablo enserio, no confió en ti para algo como criar a una niña, menos con tu esposa, que quede claro. Si intentas llevártela, te abro el cuello.

Obviamente mi amenaza no le gusto para anda a Finley, pero no dijo nada, no era momento para pelear entre nosotros, al menos no por ahora.

Volvimos con los demás, estaban todo esperando a que confirmara lo que nos habia dicho Finley, y se los dije, no se equivocaba, Arthiur se encontraba ahí, vigilando la puerta de la cabaña.

-No hay manera que Arthur no se de cuenta de que somos nosotros, así que tendremos que matarlo, no nos quedad de otra, porque si logra escaparse, definitivamente seremos enemigos de la corona.

-Eso será malo, en algún momento lo seremos, pero ahora cuando no tenemos un ejercito será un problema, así que matemos a ese idiota y se acabo el problema. - dijo Hero que se movía pomposamente porque tenia su armadura nueva puesta, lo que significaba que quería que le digiera como se ve.

-Te ves hermosa amor, de hecho bastante sexy, pero volviendo al tema principal, matar a ese hijo de perra será más difícil de lo que crees, ya le a ganado a Lay, a Will y a mi, porque el se rindió logre sacarle el ojo, simplemente me habia menospreciado. Si el hubiera querido pudo matarme ese día que quede exhausto sin poder moverme, matarlo va a hacer obrar un milagro, no algo fácil.

Finley miraba constantemente a Gwyn, cosa que no me gustaba para nada.

-Willfest, ¿crees que realmente puedes ganarle a Arthur solo?

-No lo creo, pero lo conseguiré de alguna manera, ese hijo de perra me debe mucho, así que el es mío, Finley.

-Se supone que tú eres el guerrero que me gano en varias ocasiones, yo te ayudare con él y deberíamos dejar que el unico de acá que logro herirlo también lo haga. Podrá ser un enemigo formidable, pero no podrá contra nosotros tres.

-Creo que seria buena idea, y que Lay, Hero, y Roy se encarguen de los demás. - dije

Roja estaba confundida porque no la nombre, y fue precisamente porque Finley me pidió a Gwyn, eso hizo que desconfiara de toda esta situación.

-¿Qué debo hacer yo Gran? - pregunto Amelia.

-Necesito que hagas algo importante, que cuides de Gwyn y Mirian.

Me acerque a ella para susurrarle algo al odio.

-Tengo un mal presentimiento, no dejes que se acerquen a Gwyn, si ves que traman algo y es necesario mátalos a todos, eres la única que he visto que puede pelear con varios enemigos y salir con vida, así que esto solo puedo confiártelo a ti, mi escudera. - dije finalmente con una sonrisa.

-Como desee Sir Gran. 

Por alguna razón le habia gustado la orden que le di, tal vez haya sido por eso mismo, porque le confiaba algo. Yo como Sir, no les pedía mucho a mis escuderas, les permitía ser libres, pero creo que parte de como soy, les hace difícil de creer que son mis escuderas.

Me acerque a Hero a arreglarle las amarras de las espalda de la armadura que tenia sueltas. Menos mal me habia dado cuenta, que se le soltara la armadura en medio de un combate hubiera sido muy peligro para ella, le hubiera restringido los movimientos, y estoy seguro que en algún punto ella se sumara a pelear contra Arthur, eso me aterraba, pero no habría nada en el mundo que impidiera que lo hacia.

-Hero mírame a los ojos, te ruego que tengas cuidado y no se te ocurra hacer una tontería, por favor te lo pido.

Ella me dio un beso, se sintió bien sabiendo a donde íbamos ahora.

-No prometo mucho, pero si alguien no se pone en riesgo, los dos estaremos bien.

Por desgracia ambos estaríamos en riesgos.

Me acerque a mi caballo, habia caído en cuenta que nunca le habia puesto nombre. El magnifico animal me miraba con nobleza, esperando a que cualquier momento lo montara. Le acaricie la crin.

-Veamos eres una hermosa yegua blanca con manchones cafés, ¿por qué no?, tú nombre será Rigan, en honor a la reina fantasma.

Muchos ni siquiera entendía que hacia, porque me dedicaba darle un nombre a un caballo, antes de irme a la batalla. No era que tuviera una respuesta, pero me parecía correcto darle un nombre por sí... era mejor no pensar en ello.

Saque mi abrigo de la carga del caballo me lo coloque y saque mi mascara del paño que siempre me cuelga en la cintura para colocármela.

-Movamos antes de que nos encuentren discípulo de Morrigu, ya es hora de enfrentarnos a un cruzado. - dijo Finley con algo de asco.

Antes de irnos uno de los hombres que iba cubierto entero y portaba una mascara extraña se acerco a mi, hizo una señal con su mano, como si me estuviera bendiciendo. Sea lo que sea lo que esa persona hizo molesto a Finley de sobre manera, su vena se le marco en toda la frente y dijo un par de maldiciones al aire.

-Vamos, el que muera hoy, lo mato, ¿me entendieron? - dije sin pensar lo que decía, provocando que más de uno se riera. -Sin emboscadas, caminas directo hacia ellos, saliendo de entre los arboles.

Aparecimos de frente como dije, no habia mucha sorpresa en el rosto de Arthur, si no más bien como si lo acabaran de sacar de su aburrimiento.

-A que debo la visita de Sir Gran y sus hombres, yo lo hacías ya en el norte luchando junto al ogro.

-Tuve que pasar a recaudar impuesto Arthur, así que intentare primero lo que creo que no servirá, pero nuca esta demás.

Los otros once soldados se acercaron a Arthur, estaban algo temblorosos, así que sabían que algo iba mal.

-Si se largan y dejan que todo esto sea algo pacifico, no matare a nadie, pero también deben prometer no decir nada. - dije esperándome su negativa, que no se espero en llegar.

-No me hagas reír, acaso crees que puedes detenerme Gran, espero que no se te haya subido a la cabeza la vez que me rendi dejándote ganar.

-No, no se me subió a la cabeza, pero tampoco pienso pelear solo contra ti, Willfest, Finley ya pueden salir.

El rostro de Arthur se puso serio, sin esperar desenvaino la espada.

-Creo que ahora si será un combate justo, además tengo algo que me hace sentir un poco más confiado.

-¿Justo?, lo lamento, pero no creo que ni ustedes tres contra mi será justo... para ustedes. - dijo Arthur,

El Sir enterró su espada en el suelo lo que me resulto extraño, para luego sacar su espadón que guardaba en la espalda.

Esa creo que era el arma favorita de Arthur, o la que mejor manejaba, eso me ponía extremadamente nervioso. Cuando luche contra él ocupo esa extraña espada que aun mantiene en su vaina, pero nunca contra su espadon.

-Esta es mi venganza contra el intento de asesinato hacia mi hija Lay de Poart, Arthur. - dijo Willfest molesto.

-Seguiremos hablando o tendré que decir que este imbécil ocupa el espadón para compensar algo. - menciono Finley levantándole el dedo meñique.

Nunca espere que una provocación tan básica hubiera logrado poner una mala cara en el rostro del Sir.

-Esta es mi orden, al ataque, que nadie salga con vida.