Hacia mucho frío, nos habian levantados desde tempranos, para escuchar las ordenes de Sir Piran, el cual era el caballero que fungía como el comandante, como decía la carta de mi amigo el triste nos mandaron al frente de la batalla lo que me tenia nervioso.
Habíamos levantado las tiendas de campañas no muy lejos de donde nos enfrentaríamos a los Irlandeses, por lo que dijo Sir Piran éramos 1200 soldados defendiendo a la corona contra ochocientos Irlandeses, pero ese numero estaba mal, porque faltaban los que nos flanquearían por le bosque, intente decirle a Piran sobre ese asunto, pero decidió no escucharme, ya que, supuestamente no sabia de lo que hablaba y por mucho que fuera un Sir, yo no tenia experiencias en un combate real.
Entonces solo me quedo hacer una cosa, reunirme con los míos en mi tienda, que por cierto tenia varias comodidades a diferencia de la mayoría de soldados.
Cuando volví a mi tienda después de una caminata para relajarme los nervios ahí estaban todos, Willfest, Roy, Lay y Amelia, el cual por lo visto compartían mi nerviosismo.
-Necesito que me escuchen bien, nosotros, me refiero a todos los soldados que están en este campamente seremos derrotados.
-Gran no dejes que te coman las ansias, las cosas saldrán bien muchacho. - Dijo Will de manera condescendiente, que no ocupaba su típica armadura de Sir, a lo que preferí no preguntar por ahora.
-No Will no es eso, escúchenme primero, por ahora ganamos en números si lo que dicen los exploradores es correcto, pero ese numero de soldados esta mal, Helen me dio una pista antes de irse, ella me dijo que tuviera cuidado del bosque que esta al oeste, básicamente me dijo que harán una maniobra de pinza, y no sabemos cuantos Irlandeses nos atacaran por el bosque.
Fue raro ver a Will alterado, pero no era el unico, los demás también estaban así, de la que más me daba cuenta, era de Lay, ya que al estar con mi Mayus activo, cosa que costaba un montón podía sentir el lazo entre nosotros, y como aun no sabia controlarlo, los sentimientos de Lay me afectaban un poco.
-¿Gran le mencionaste esto a Sir Piran?, ¿le dijiste lo mismo que acabas de decirnos?
-Si Will, pero no quiso escucharme.
-Pero si tienes esta información porque no escucharte acaso es idiota. - Dijo Amelia
-No, Piran es un idiota orgulloso, es uno de los peores Sir que he visto, y no escucha a nadie que no sea superior a él.
-Roy cuidado....
-Con lo que digo, no padre, es la verdad y lo sabes, ahora Piran nos llevara a una muerte segura, además como es el comandante no podemos hacer mucho.
Me puse a pensar en una solución, el asunto estaba difícil, pero habia que pensar en algo, si no como decía Roy estaríamos muertos.
-Will, se me ocurre una idea, pero es peligrosa, la pregunta es de todos estos hombres que hay ¿Cuántos te respetan aun?
Will iba a contestar, pero Lay hablo primero que él.
-La mayoría debería respetarlo aun, al final era un modelo a seguir para todos, y si pienso en lo que creo que vas a decir... se que quieres hacer Gran, un motín.
Will se altero al instante, diciendo que eso no podría ser, hasta que me miro y yo le sonríe.
-Es precisamente lo que se me ocurre, si logramos hacer que tu tomes el control, podremos evitar la emboscada Will.
-¿Dime muchacho como piensas lograr eso?
-Lay puedes encargarte de el, ya sabes me refiero a...
Le hice una señal con mi dedo indicando que le corte la garganta.
-No Gran, no utilices a Lay para esto, existe otro método... tendremos que sobresalir en primera linea, así motivaremos al ejercito, entonces en medio del caos, nadie se dará cuenta que matare a Sir Piran, el resto desde ahí será fácil, te ocupare como si fueras tu el que de las ordenes, solo no metas a mis hijos en esto.
La propuesta de Will, era mucho mejor de lo que yo habia pensado, así que fue fácil tomar una decision.
-Bien, Lay tú as lo que mejor sabes hacer, solo vuelve con vida a mi.
-Por supuesto mientras tú vuelvas a mi Gran.
-Roy, quiero que te encargues de los flancos, eres rapido con una fuerza brutal mi orden es que vayas con todo sin contenerte como sueles hacerlo, eres libre, escúchame esta vez a mi y no a tu padre, sin ofender Will.
-Eso me gusta Gran, te tomare la palabra así que como ordene mi Señor.
Will no me miraba muy contento con lo que dije.
-Amelia, te quiero cerca en todo momento confió mi vida en ti y yo te pido que me confíes tu vida a mi...
Me acerque para decirle lo ultimo en su oído para que solo lo escuchara ella.
-Así volveremos con las personas que amamos.
Le guiñe un ojo, a lo que ella se puso colorada y no pudo evitar mirar a Lay.
-Will haremos lo que tu dices, solo te pido una cosa viejo cascarrabias te necesito con vida, te necesito para que mis planes funciones, además si mueres dime a quien podre joder ¿ahora?
Will se acerco a mi.
-Jodete Gran... bien ya oyeron a nuestro señor, volvamos con vida y démosle una victoria a este pendejo, alguna otra cosa Sir Gran. - Dijo de manera burlona Will
-Ahora que lo dices si, hay algo más, vengan acérquense.
Me acerque al mapa que tenia de la zona, con fichas de ajedrez que ocupo Willfes para explicarme mejor las posiciones.
-Miren esta linea, si pasamos de acá estaremos muertos, no nos dará el tiempo para reagruparnos si nos atacan por detrás, si también nos pegamos demasiado al desfiladero que da al rio, también estamos muertos, así que mi idea ya que nosotros manejamos la primera linea, es mantenernos debajo de este punto a todo lo que cueste, si es posible hacer que ellos vengan a nosotros, y no al revés.
-Nada mal, as estado aprendiendo estrategia por lo visto Gran. - Dijo Roy.
Con los libros y pergaminos que habia en la mansión, hay mucho material ahí, aunque solo es teoría, pero sirve bastante y no soy ningun experto en ello aun, solo estoy implementando lo que ley de Anibal Barca.
-Anibal Barca el terror de roma, después deberías dejar que lea ese pergamino Gran, me interesa.
-¿Lo conoces?, si no hay problema estaba traduciendo el pergamino a nuestro idioma, pero me tomara algo más de tiempo, no soy experto en latín y aun no estoy acostumbrado a escribir ingles antiguo.
Willfest me miro extrañado.
-¿Ingles antiguo muchacho?
Me di cuenta que al relajarme deje salir información que no debía, hace tiempo no me pasaba, pero me la saque con que me confundí por los nervios, pero eso no quito las dudas de Will
Después de eso nos dispersamos para que todos aprovecharan de relajarse antes de enfrentarnos a los Irlandeses, me puse a caminar sin rumbo hasta que vi a mis dos escuderas muy escondidas.
Ambas se estaban besando, el problema seria que alguien las descubrieras que por mucho que se escondieran entre las carpas podían ser vistas si alguien que camina por ahí.
Decidí acercarme a ella.
-Me alegra que al fin estén dejándose llevar, pero tengan cuidado, si quieren ocupen mi carpa para divertirse.
Roja estaba sonrojada porque la pille besando a Lay, y mi querida Lay estaba como si nada hubiera pasado.
-No es eso Gran, ahora que pude acercarme a Lay, tengo miedo que algunas de las dos no vuelva con...
-No lo digas, además tengo un buen presentimiento a todo esto.
Mire a los cielos, como me esperaba ahí estaba un cuervo sobrevolando el campamento.
-Escúchame Morrigan, estas invitada si es lo que quieres, asi tendríamos un poco de ayuda, cuento contigo. - Grite
El cuervo dio un graznido en señal de contestación.
-No sabia que hablaras con ella, es algo raro, no muchos irlandeses le hablan de esa forma a los dioses en los que creen. - dijo Roja.
-El caso de Gran es especial Amelia, déjalo ser.
Le sonreí a Lay por sus palabras.
A todo esto Roja no te pregunte, pero te acostumbraste a las espadas.
-Si... bueno solo a una, la otra aun me es más pesada de lo normal, pero no te preocupes por eso, no habrá mucha diferencia.
-A todo esto te ves más... como decirlo, confiado... no eso no es... como ligero, como si estuvieras muy atento a todo.
Supongo que Amelia se refería al mayus, no se por cuanto rato más podría estar así, se sentía muy bien, pero a la vez sentía que me agotaba de apoco apoco, y tener que concentrarme en ello era lo más molesto.
-Granet me invito a una guerra, que cuervito tan considerado...
Los curvos en el árbol del mundo comenzaban a graznar, viendo a la Diosa encantada por las palabras que acababa de escuchar.
-No se sientan celosos, además ningun de ustedes me invito alguna vez a participar en la guerra, que debería hacer, me pregunto, tal vez podría divertirme un poco, o ver como mi cuervito crece, eso me éxita un poco más en verdad... lastima que pronto te tendré que ver sufrir mi pequeño, no quiero eso para ti, pero alguien ya sello su destino, solo confió que mi regalo te alivie tus penas, no, estoy seguro de ello.