Chereads / Vuelve a mí, El Triunfo de los Dioses / Chapter 10 - Capítulo 10PLACERES Y DESEOS

Chapter 10 - Capítulo 10PLACERES Y DESEOS

Capítulo 10

PLACERES Y DESEOS

«Estoy segura de que regresarás Ryan, pues sólo tengo ojos para ti; la verdad es que te extraño tanto, y sé que tal vez, no debía amarte como si este mundo fuera a acabarse, será que no estamos destinados a estar juntos.»

Todo aún era muy confuso para mí, ¿será que podría ser feliz con otro a mi lado solo porque son físicamente iguales, aunque espiritualmente muy diferentes? ¿Podría adaptarme? Cielos, cómo desearía un hechizo de Luna y que Saturno me liberara de este problema existencial.

Pero si los placeres y los deseos tenían la misma imagen, ¿cómo oponerme a desearlo?, así que, como curiosa, acepté, aunque esto era nuevo para mí, pero todo tiene una primera vez.

Al llegar a una Casa de Té, pedí la mesa más privada y alejada.

Y ya sentada y disfrutando lentamente mi taza de té, de repente Eros apareció a mi lado.

E: Sé que no debo enojarme porque hayas aceptado salir con un mortal, pero es normal para ti, ¿sí o no?

Mi cabello de Ninfa empezó a relucir con su respiración de dios y mis ojos grises estaban brillando como el sol, así, poco a poco mis rasgos de Ninfa iban apareciendo para seducirlo.

G: Podría decirte tantas cosas Eros, pero si te fijas en la forma en la que te veo ya deberías saberlo todo.

E: Todos tenemos un silencio que tiene el nombre de alguien, Galt, ¿no lo crees?

G: Quítame con tus besos, las dudas Eros, deposita sobre mis labios y dentro de mi boca, toda la verdad.

E: Quien nunca ha amado hasta quedarse sin fuerzas, jamás entenderá las locuras que se pueden cometer en nombre del amor.

G: Tienes que saber que un corazón, por más que te quiera, un día se va a cansar de no recibir el mismo amor que suele dar.

E: Mereces, a alguien que les hable a todos, como si hubiera descubierto una galaxia.

G: No me di cuenta cuándo me comenzó a gustar hablar contigo, ya que simplemente ahora se me acelera el corazón cada vez que hablamos.

Así, Eros, lleno de energía y deseos carnales acarició mis manos diciéndome que sería para él un placer acelerarme el corazón a besos mientras me penetraba mentalmente.

Al oír todo eso, quedé sin poder decir nada ni oponerme; lo dejé besarme el cuello y acariciar mi cabello, sin poder negar que esto se sentía bien, pero no podía dejar ir más lejos está situación, puesto que debía ser firme a mi palabra ya empeñada con Psique y con Gea de no ceder a los avances y tentaciones de Eros.

E: ¿Acaso no te gusta cómo te trato?

G: Ese no es el problema Eros, es que este lugar no es el adecuado.

Eros, encantado por mis palabras, chasqueó sus dedos de dios y enseguida aparecimos en una de las Ruinas de Gortina, parecía un bellísimo paraíso perdido aquel lugar, así que admirada, pero muy asustada de lo que iba a sucederme con él, le dije:

G: Oh mi querido señor, excelsa majestad, te ruego esperar a lo más profundo y oscuro de la noche, pues es más romántico y estaré mejor preparada.

Eros, inflándose como un pavo real, me concedió tal petición; entonces discretamente le canté y le pedí al viento de ese paraíso perdido que llamara a Psique, por lo que esa divina brisa le llevó tal mensaje a la señora, quien apareció rápidamente cuando aún la noche no estaba en su punto más alto, no teníamos mucho tiempo para acomodarnos, pero lo logramos, así que cuando la noche intensa llegó y Eros comenzó a llamarme para que según él fuera a consumar nuestro supuesto amor, Psique, que podía imitar bien sonidos y voces, le contestó con una voz idéntica a la mía.

P: Amado mío, no pongas trampas para llegar a ti y tampoco pongas velas para nuestro encuentro.

E: Como tú lo ordenes Galt, hoy te haré llegar a sentir tal placer, que la misma Venus te envidiará.

De manera que ellos consumaron largamente su relación carnal con tanta pasión, placer y deseo que consolidaron con ello su unión por toda la eternidad.

Yo esperaba en un cercano lugar el resultado de aquel encuentro, ¿cuánto tiempo le tomaría a Psique fingir que era yo?, me sentía morir de frío en donde estaba esperando, la noche pasaba lentamente mientras que yo me congelaba entre las arenas frías de aquel lugar.

De repente apareció un joven más apuesto que el Sol y la Luna juntos, ofreciéndome darme un abrigo. Aquel joven era Adonis, el dios de la belleza y el encanto y quien en tales facultades superaba infinitamente a Zeus, Eros, Apolo, Narciso, Poseidón y Hades juntos.

Impactada por su inesperada, pero agradabilísima llegada, le pregunté:

G: Joven, ¿qué hace en estas ruinas sagradas?

Ad: Vine aquí a encontrarte, Galt.

G: ¿A mí? Joven, ¿por qué me busca a mí?

Ad: A la Ninfa Alive, quien era tu madre, le hice una promesa sagrada justo antes de ella morir y momentos antes de que tú nacieras.

G: No entiendo nada de lo que usted dice, joven, ya que no conocí a mi madre y siempre estuve en el palacio de Eros como sierva.

Ad: Escucha con atención Galt, pues la noche será larga y te diré toda la verdad.

»Tu madre era una hermosísima Ninfa llamada Alive, quien se enamoró de un mortal. Ella, como todas las Ninfas podía cambiar su apariencia humana a cualquier animal y viceversa según le conviniera en un momento determinado.

»Un día, Afrodita y yo andábamos de cacería, pero Afrodita no podía descuidar sus deberes como diosa y pronto regresó a cumplirlos, sin embargo, antes de irse, me dijo que mirara muy bien los ojos de los animales que iba a cazar, pues debía tener mucho cuidado para no matar a una Ninfa por error, pero sin darle importancia ni escuchar todas sus recomendaciones, lancé una flecha a un venado que corría alegremente por las llanuras, al verlo caer, me di prisa por ir a ver qué había cazado realmente.

»Al llegar al sitio, vi con mucha pena y dolor que había herido mortalmente a una Ninfa embarazada, ahí caí en cuenta de la importancia de las palabras y consejos de Afrodita.

»La Ninfa moribunda me dijo que su nombre era Alive… con mucho pesar la veía muriendo en mis brazos, pero de repente me tomó de las manos diciéndome:

N.A.: Por favor déjame morir aquí, y te concederé el perdón por haberme matado irresponsablemente, pero deberás prometerme que, llegado el momento de su mayoría de edad, tomarás a mi hija como tu mujer.

»Entristecido, y apesadumbrado por la inminente muerte de esa Ninfa embarazada, le di mi palabra de cumplir esa promesa en la oportunidad y momento correspondiente. Así, tomé mi filosa daga, abrí su vientre con ella y te tomé salvando de esa forma tu vida; tan hermosa eras que te otorgué la bendición de tu madre con un beso de amor puro, comprometiéndome de esa manera volver a encontrarte en tu juventud.

»Te envolví en una manta y corrí al palacio de Eros y en secreto, te entregué a una sirvienta quien te crio y te enseñó.»

Con lágrimas en mis ojos no podía creer en la situación en que me encontraba, puesto a que sabía que esa, era la verdad.

G: Joven, mi corazón tiene dueño, mi primer beso fue de Apolo y por eso no te puedo amar como lo deseas.

Ad: ¿Crees que fue Apolo tu primer beso?, pues déjame decirte que no es así.

G: Seguro que es así, no he tenido a nadie más.

Ad: Déjame decirte, ¿cómo crees que te otorgué la bendición de tu madre?

G: ¿Quééé? pero era un bebé, eso no cuenta.

Ad: Claro que cuenta, pues me enamoré de ti al sacarte del vientre de tu madre.

G: Me reúso a creer en tu amor, puesto que aún espero por un gran amor.

Ad: ¿Te refieres al Zorro de Afrodita?

G: Sí, ese es mi gran amor, que por cierto está sufriendo un terrible castigo por parte de Afrodita.

Ad: Desde mi perspectiva, parece que él disfruta ser castigado.

G: Estoy segura de que son horrendos castigos.

Ad: Tan ágil que eres para engañar a Eros, pero tan inocente para dejarte engañar por Ryan, sígueme y te mostraré qué está haciendo Ryan, tu amado Zorro.

Así, Adonis me tomó en sus brazos y al llegar a aquel lugar, pude observar que era el templo de la diosa Afrodita.

A escondidas de sus siervos, entramos hasta llegar a la ventana de los aposentos de Afrodita, entonces Adonis me dijo que no hiciera ruido ni me asustara de lo que allí estaba ocurriendo, por lo cual le prometí que no haría tales cosas.

Ad: Bien, ahora observa cuidadosamente lo que hace tu Zorro.

Al asomarme, vi a una Afrodita y Ryan en pleno acto carnal con la pasión de unos verdaderos amantes. No podían soltarse el uno del otro. Indignada al máximo, pero en silencio, mis ojos trataban de no creer lo que veían, por ello, Adonis me sacó de ese lugar y me llevó a una aldea cercana.

Ad: ¿Ves Galt?, por eso te dije que no puedes entregar tu corazón a un Zorro, ya que ellos no son confiables.

G: Pero yo pensé que él me amaba, ¿cómo pudo engañarme?

Ad: Lo que pasa Galt es que tu eres pura e inocente, por lo que es fácil para él engañarte. Tranquila y tómatelo con calma, que ya pasó.

G: Llévame a mi mundo porque ya no deseo estar más en este lugar.

Así, Adonis cumplió y me trajo a casa. Yo no podía creía lo que había visto, que para aquel Zorro, su relación conmigo siempre fue un juego.

Adonis se marchó, pero temeroso de que intentara una locura.

No pude dormir esa noche y olvidé por completo que Psique aún estaba con Eros, ya amanecía y Eros y Psique estando dormidos, no se dieron cuenta de ese amanecer.

Eros, quien se despertó primero, se apresuró a ver el rostro de su amada y al darse cuenta de que no era el mío sino Psique, se sintió engañado, se dio cuenta que le había tendido una trampa.

Cuando Psique despertó y vio a Eros de pie mirando a aquellas ruinas, se apresuró a tomar una flecha de amor incondicional y apuntando al dios, la disparó y el efecto inmediato y eterno fue que, al ver a Psique, se sintió profundamente enamorado de aquella mujer; y corriendo a su encuentro y mirándola a los ojos le dijo:

E: ¡¡¡Oh!!! Mi amada Psique, discúlpame si fui

tibio en el pasado, pues estaba cegado, pero ahora me doy cuenta de que siempre te tuve a mi lado y nunca me engañasteis.

Psique conmovida por las palabras de su amado, lo abrazó por la espalda y le dijo:

P: Te perdono amado mío, pues en mi corazón eres el único, mas, te debo una disculpa por haber sido yo quien vino a tu encuentro.

Aquella pareja se perdonó para siempre mutuamente, pues para el amor nada era ni es imposible…