CAPÍTULO 7
SEDUCIDA POR MIS SENTIMIENTOS
Fueron pasando los meses hasta que un día, Eros convocó al Zorro para que le rindiera cuenta de sus bosques y montañas y cuando lo vimos entrar con ese cuerpo como escultura, todas en el salón se preguntaban quién era; y, al verlo venir hasta donde Eros estaba, mi corazón se aceleró, mi cara cambió de color y me pregunté a mí misma cuál era este sentimiento. Por su parte, el astuto Zorro me reconoció y yo descaradamente me di vuelta para no seguirlo viendo.
Mientras él rendía cuentas ante Eros, risas y alegría emanaban de aquella conversación.
Plantada casi como estatua, pude observar que deliberadamente, unas siervas vinieron a su encuentro a preguntarle quién era y si tenía a quien amar.
«No tengo a nadie —les respondió—, porque a quien quería se fue sin despedirse de mí.»
«¿Qué chica tan tonta y ciega podría hacerle tal cosa a usted?»
Al oír eso, quería marcharme rápidamente, pero en ese momento Apolo entró al lugar y el Zorro Ryan levantó la voz y dijo:
Z: Sierva, déjame ver tu rostro.
«Joven, no es propio para mí hacerlo», le respondí…
Aquel Zorro se levantó, me dio la vuelta y se quedó mirándome fijamente; entonces mis manos empezaron a sudar con intensidad haciéndome sentir un calor insoportable mientras salían de su boca palabras muy incómodas para mí.
Z: ¿Es que acaso no pasaste dos días en mis aposentos mientras me dejabas consentirte?
G: Lamento haberlo molestado, señor.
En el momento en que Eros y Apolo escucha ron tales palabras, Apolo se apresuró a interferir y separarnos.
A: Ella sólo puede alimentarme a mí, aléjate de ella, pues, su primer beso fue mío.
El Zorro Ryan se retiró entonces, dejándome el desastre a mí y por eso, sofocada, me desmayé. Apolo me cargó a mis aposentos donde por tres días estuve inconsciente. Psique cuidó de mí durante ese tiempo y al despertarme, lo primero que vi fue su rostro lleno de lágrimas.
G: Mi señora ¿por qué llora?
P: Pensé que no despertarías más, niña linda.
G: Por favor, cálmese, ya no debe seguir llorando.
P: Dime si esa historia de la bestia que resonaba en Palacio es cierta…
G: Señora, es él, pero no es una bestia, es un zorro que toma forma humana… él no le hace daño a nadie y es más gentil de lo que parece…
¿Será qué estaré enamorándome de ese Zorro? Pareciera que sí, ya que me tiene ardiendo de deseos.
Yo sueño hasta despierta en reunirme con él… ¿es qué acaso este tipo de amor está prohibido para mí…? Tan cerca y tan lejos, me siento culpable de mi propia mala suerte.
La señora se retiró y me quedé sola y con tan to en mente, sentía tener las manos atadas en aquel momento, mientras que Apolo me llenaba de regaños y preguntas, pero yo no podía ni quería escuchar nada de lo que él me decía en aquel momento; entonces comenzó a halarme de mi brazo, como si estuviera fuera de sí.
Este tonto y seductor Zorro robó mi corazón y me dejó este desastre, realmente soy culpable incluso de mi propia mala suerte, tal parece que nací bajo los encantos de Venus. Ahora tengo el alma herida y es preciso decir que no tengo otra salida.
Así, me quedé sin ti y queriéndome morir por dentro… alguna vez sabrás lo mucho que te amé… muy dentro, es preciso decir que no, ya que es mejor evitar el dolor del amor que hoy deberá terminar.
***
Regresando y cayendo al presente, me sentí apenada e intimidada por Dylan pues externamente todo él era igual a Ryan; Eros fue astuto al hacerlo igual a Ryan.
Dylan caminaba junto a mí hasta llegar justo frente a mi camarote y riéndose me dijo que me esperaba en el salón principal.
Al entrar a mi camarote, tomé un teléfono y lla mé al salón principal preguntando qué eventos habría ese día en ese lugar.
El encargado me respondió que el dueño de estos cruceros siempre celebra el éxito de cada travesía y que pronto regresaríamos a Londres.
Rápidamente me bañé y me acomodé el cabello, vistiéndome con un traje rojo largo de media pierna con encaje, unas sandalias altas con diseño abstracto al tacón y tomando un bolso de mano parecido a un monedero me apresuré a salir, pues ya estaba sobre la hora de los eventos.
Al llegar a aquel salón, todos en el lugar se fijaron en mí, haciéndome sentir incómoda, pues no me gusta ser el centro de atención.
Dylan, al verme, quedó impactado, pues en el barco no había ninguna chica más hermosa que yo.
Se apresuró a las escaleras solo para tomar mi mano y así sosteniendo su brazo, nos sentamos en un área privada que era exclusiva sólo para el dueño.
G: ¿Qué haces Dylan?, esta es un área privada solo para el dueño.
D: Tonta, todo esto es mío.
Aturdida por lo que acababa de escuchar, no podía creer que incluso aquel barco era suyo, se suponía que él debía estar junto a la actriz que bajó del barco.
D: Finge ser mía solo por hoy, Galt.
G: Creo que estás pensando mucho, no pienso fingir ser tuya.
D: Sólo por hoy Galt, hazme ese favor y te lo pagaré muy bien si finges ser mi pareja.
G: Está bien Dylan, sólo por hoy y nada más.
Así, el capitán del barco se acercó a saludar a Dylan y a bendecir a su pareja, lo cual fue incómodo para mí el estar en esa situación, pues esto podría afectar mi vida privada en el futuro.
Ese día Dylan recibió diversos reconocimientos y premios por su calidad de ser un gran empresario.
Después de que la fiesta terminó, se nos acercaron varios periodistas de distintos medios de comunicación preguntando sobre nosotros y especialmente por mí…
Dylan por fin cayó en cuenta de que no me sentía a gusto en ese lugar y se apresuró a sacarme de allí y luego, al llegar al barandal del barco me abrazó fuertemente mientras se disculpaba por haberme puesto en esa situación, pero justo en ese instante, deseé no estar allí, puesto que Gea y Ryan aparecieron de repente, quedando impactados por lo que estaban viendo.
Entonces empujé a Dylan con la excusa de que me estaba asfixiando y al ver a Ryan en persona, no
podía decir nada, pero Gea, como buena diosa que es, dijo:
Gea: Galt, tu joven amante Ryan ha terminado de caminar por el puente y ahora te lo traigo de regreso a ti.
Sin poder decir nada, pues no sabía por dónde empezar, Dylan me dijo: «Por favor Galt, preséntame a tus amigos».
G: Dylan, este es Ryan y ella es Gea.
D: Un gusto en conocerlos, así que tú eres Ryan, con razón me preguntaste si mi nombre era ese, ya veo que parecemos gemelos.
R: El placer de conocerte es mío; Dylan es tu nombre… déjame explicarte algo, Galt y yo éramos amantes de la Luna Escarlata y el Cielo es testigo de nuestro amor.
D: Vaya, qué linda información. Galt, tengo que irme, fue un gusto conocerlos y recuerda pasarme tus datos para pagarte.
G: Adiós Dylan, seguro te los pasaré pronto.
Así, Dylan desaparece y Gea también, quedando solos Ryan y yo.
R: Mentiría si dijera que sin ti la vida sigue, que no me dolió tu partida y que por fin te logré olvidar; decir que no me afecta verte ya con otro… ¡Eso no te lo creerías ni tú ni yo tampoco! Sería como mirarme al espejo y querer auto engañarme porque aún te amo, Galt.
G: En mi corazón aún eres el único Ryan, y por eso ahora lo tengo en pausa y si tú no hubieras llegado ya, yo no podría continuar, ¡por favor no me abandones nuevamente!
Así, aferrándome a la nada entre nosotros y teniendo ciega esta ilusión, no creía que había vuelto, pero debía al menos intentar creerlo, ya que no perdería nada en el intento. Entonces Ryan me tomó en sus brazos y al oído me dijo:
R: Amada mía, te esperé tanto que llegué a pensar que no lo lograría, ya que mi vida sin tu amor es un tormento.
G: Mi amado Ryan, regresaste de nuevo a mí y ahora puedo decirte que jamás podré olvidarte y vivir sin ti.