Cuando Zaya entró, pudo escuchar las risas, ya que todas las mujeres se estaban acogiendo y pasando un buen rato. Un guardia en la puerta anunció su presencia y el sonido del jardín se apagó.
Todas las miradas estaban puestas en Zaya, especialmente cuando llevaba puesto ese brillante vestido amarillo con su cabello castaño rojizo cayendo sobre su espalda. Se veía impresionante bajo la suave luz del sol.
Y la manera en que se comportaba hacía que todas se sintieran intimidadas, como debería ser. Ya la temían porque después de todo, era una bruja.
—Reina Viuda Katerina —Zaya saludó a la reina, flexionó levemente las rodillas para mostrar su respeto y esperó a que la reina dijera algo.
La reina la miró, la desaprobación era muy fuerte en sus ojos con el vestido que Zaya eligió, miró su cabello y frunció el ceño.