Amanecer tenía una pequeña botella de veneno en su mano que estaba lista para lanzar a la cara de Blake en el momento en que él se acercara a ella.
Ella necesitaba que se acercara lo más posible, porque solo tenía una oportunidad y no podía estropearlo.
Sin embargo, Ava saltó entre ella y Blake para salvar a Amanecer de su malvado hijo, pero Blake había tenido suficiente y finalmente vio a su madre como nada, más que una molestia.
La vio a los ojos cuando le cortó la garganta y su sangre salpicó su cara. No había nada en sus ojos, no había tristeza, remordimiento ni culpa. Parecía... indiferente.
—Te dije que no interfirieras y que vivieras tu vida tranquilamente, pero no escuchaste —dijo Blake fríamente, observó cómo el cuerpo de Ava caía al suelo y pisó sobre ella, mientras continuaba caminando hacia Amanecer.