Los barcos habían estado aquí durante tres días, solo esperaban la oportunidad perfecta para atracar en el puerto y la impulsividad de Tony, el alfa, les brindó dicha oportunidad en bandeja de plata.
—Solo quiero a una mujer.
—Amanecer, ¿no es así? —Archie arqueó las cejas hacia él—. Puedes tener a cualquier mujer, pero solo la querías a ella.
—Ella es mi compañera destinada. Ella es mía.
—Debes haber caído en la locura ya.
—Probablemente.
Era patético de parte de Blake, porque era el epítome de alguien que solo aprendía el valor de algo cuando lo perdía y ahora, Blake tenía que emprender un largo y arduo viaje para recuperar lo que inicialmente le pertenecía.
—¿Sabes que la madre de Amanecer era del oeste?