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Lo que Zaya quería ver era el último grupo de personas en ser ejecutadas. Eso era lo que Zaya quería ver.
Tanto Zaya como Celine llevaban capuchas que cubrían sus rostros, especialmente la princesa porque su cabello castaño rojizo era reconocible. Ella era la única en todo este reino que tenía ese color de cabello.
—Princesa. No creo que pueda soportar ver esto —gimoteó Celine cuando bajó la cabeza, mientras la siguiente persona era colocada en la horca. No podía hablar claramente porque su boca estaba cubierta, pero se podía decir que no quería morir.
—Cierra los ojos —dijo Zaya, mientras observaba todo el evento sin siquiera inmutarse. Observaba su entorno y la reacción de la gente.
Como rey, era necesario deshacerse de la gente que intentaba rebelarse contra su reinado, pero la opinión pública también importaba.
