La gente la había lastimado en el pasado porque era demasiado indulgente, no quería permitir que volvieran a pasar por encima de ella. Necesitaba protegerse a sí misma y a su bebé y obtener su propio poder, solo en caso de…
—¿Qué es? —preguntó Piros con cautela. Echó un vistazo a Cenit, pero el alfa le lanzó una mirada como diciéndole que no pidiera su ayuda. Todavía estaba enfadado con él también.
Dentro de la habitación, solo estaban los cuatro. Zander seguía inconsciente, ya que estaba fuertemente medicado y Aurel lo había sumido en un sueño profundo, lo cual Amanecer y Celine no recomendaban.
—Si puedo curar a Zander, quiero que la envíes a la manada Luz de Luna y dejes que ella se ocupe de la plaga allí —dijo Amanecer.
—¿Qué plaga? —Piros estaba confuso. No había escuchado ningún informe al respecto, pero Amanecer recordaba que por esas fechas había una plaga que se extendía cerca del puerto, aunque no era mortal, era bastante problemática de manejar.