Amanecer no esperaba que Cenit fuera tan severo con esta mujer. Y la mencionada mujer parecía como si acabara de ver un fantasma o algo así, su rostro se desencajó y abrió la boca, pero no se oía palabra alguna.
—Sal de esta habitación —dijo Cenit con severidad cuando la mujer no se movió.
Sus ojos verdes se llenaron de lágrimas, se veía lamentable con los labios temblorosos. Jadeó al oír las duras palabras del alfa. —¿Por qué estás tan enfadado?
No sabía qué había hecho mal cuando acababa de llegar.
—Mi habitación no es una zona pública, no puedes entrar sin permiso —Cenit pareció vincularse mentalmente con alguien fuera de la habitación, ya que un guerrero entró y escoltó a la mujer hacia fuera.
Estaba desconcertada al oír eso y en su shock, dejó que el guerrero la sacara caminando, antes de que reaccionara y luego saliera corriendo de la habitación, llorando.
—Vaya, ¿qué fue eso? —preguntó Amanecer, miró a Cenit, pidiendo una explicación—. ¿Quién es ella?