—¡Eres insoportable! —Cenit había tenido suficiente de ella. Había estado actuando muy raro últimamente. Lo había comprobado todo y estaba bien. Aurel incluso dejó la manada y ella seguía actuando como loca. No sabía qué hacer con ella. —¡Es suficiente!
Todo estaba reprimido en su interior.
—Cenit… —Amanecer retrocedió tambaleándose, luchó contra sus lágrimas, su cuerpo entero temblaba. Pensó que estaban bien. Pensó que finalmente iban por el buen camino. Pero, ¿qué estaba pasando ahora?
Amanecer no podía recordar la mayor parte de su tiempo y durante esos recuerdos confusos, sentía que el tiempo se le escapaba de los dedos. No podía decir lo que hacía durante todo el día.
Se sentía como si se despertara por la mañana, pero luego ya era de nuevo la mañana del día siguiente.
Amanecer revisó su comida y todo, recordó su lección con Lyra sobre venenos, pensando que debía ser el hongo Illuptic de nuevo, ya que Aurel había regresado. Pero, no era el caso.