—¿No quieres acercarte más a mí? —preguntó Nadia.
Zander estaba petrificado, todavía estaba atónito y no pudo pronunciar una sola palabra para responder a esa pregunta, la miró intensamente, como si ella fuera a desaparecer o algo así en el momento en que parpadeara, pero eso no ocurrió.
Sin embargo, notó otra cosa.
Debido a que Zander estaba demasiado impactado al ver a Nadia de nuevo, no se había percatado de su entorno y ahora que recuperaba un poco la compostura, notó un pequeño lobo negro en brazos de Nadia. Ella acunaba al cachorro y había más lobitos a su alrededor.
Nadia siguió su línea de mirada y luego sonrió al pequeñito lobo negro que tenía en brazos. —Estoy segura de que su nombre es Zade. Es un lobito adorable.
Zander se tensó. Su voz fue un poco más áspera de lo que pretendía. —¿Qué le has hecho? —sus ojos unos tonos más oscuros, pero no asustaron a Nadia. Ella nunca había tenido miedo de él, sin importar cuán enfadado estuviera Zander.
