Tras una larga caminata para llegar al transporte y llegar a la casa de Susana, transcurrieron 40 minutos. Esto Reina no lo
percibió de esta forma, para ella solo habían pasado unos minutos, esto porque
estaba enfrascada hablando con Yeiden y Susana. Al parecer, hablaron sobre de
dónde era Yeiden y cómo era su día a día. Literalmente, solo Susana se dio
cuenta de que todo ese tiempo la conversación fue solo sobre Yeiden y sus
cosas; en ningún momento se habló sobre nadie más. Susana sabe que hablar con
Yeiden siempre resulta de esta manera, por ello detesta hablar con él, pero
mirando a Reina, parecía disfrutar de ello. La verdad, Susana suspira para sí
misma; jamás creyó que Reina cayera tan fácilmente solo por apariencia.
Una vez Susana se guarda esto para ella, entra a la
casa. Aunque aún no había muchos invitados para lo que suele ser una fiesta de
universitarios, sigue habiendo muchas personas para ser solo las 8 de la noche.
Yeiden y Susana siguen conversando sobre los pasatiempos y las anécdotas de
Yeiden en uno de los muebles de la casa. Susana les dice que irá por algo para
beber. En esto se le acerca un grupo a Reina y Yeiden sin tener un ápice de
consideración, como lo haría un extrovertido inconsciente, le habla a Yeiden,
un hombre de su edad, unos 20 años aproximadamente: "Oh amigo, tiempo sin
vernos, ¿cómo va la universidad?" Este hombre era un antiguo amigo de la
secundaria de Yeiden. Después de todo, Yeiden vivía en este lugar antes de
mudarse para ir a estudiar en Oxford, en el Reino Unido. llegó a esta
universidad por la cantidad de recursos que sus padres invirtieron en él, no
porque sea bueno en estas cosas como los estudios. "Oh, bro, voy excelente, las
chicas lindas no faltan", dice este comentario rancio que a cualquiera le
molestaría, pero al parecer, a Reina ni siquiera lo oyó; estaba embobada con el
rostro angelical y masculino de Yeiden.
En esto, simplemente pasó Reina a estar en tercer
plano, solo escuchando lo que los demás hablaban, como si ella no existiera.
Normalmente, esto no sucedería debido a la actitud extrovertida de Reina. Es
solo que este día estaba tímida porque sentía que un chico de su tipo estaba
interesado en ella. Mientras Reina se sumía en sus fantasías con Yeiden, Susana
trajo las bebidas, que eran cervezas. Susana estaba reacia a darle a Reina,
pero después de todo, ella era una adulta que sus padres la controlaban solo
porque Reina así lo quería y por nada más. Reina toma un vaso y iba a tomar. La
verdad, este sería el primer trago de alcohol para Reina, por lo que se lo
pensó un poco, pero tomó un trago tomando fuerza de voluntad. La verdad, solo
dos personas notaron este esfuerzo que hizo Susana para ingerir este primer
trago de cerveza. A lo que Susana hace una sonrisa pensando en lo infantil que
puede ser Reina. Luego de una charla en la que Susana era la que tenía el mando
de la conversación y los demás los seguían, hasta Reina estaba charlando muy
casual para ser su primera fiesta.
Se acabaron las cervezas de todos y Reina se anima a
buscar más para todos, a lo que todos aceptan. Ella toma una bandeja de la
mesa, llena de 9 vasos, y al tomarla, se decide a llevarla al lugar donde está
el grupo. La verdad es que Reina suele ser muy torpe, y esto pocas personas lo
saben, incluida Susana. Esto se debe a que normalmente a Reina le hacen todo;
nunca tiene que hacer más que estudiar porque incluso la mochila para llevar a
clase la llena una especie de niñera o criada que aún tiene en su casa. Por la
poca práctica que tiene en esto, Susana, cerca de llegar a la mesa, se le cae
la bandeja, todos los vasos descartables caen por doquier, salpicando todo y
dejando el suelo con cervezas. Todo el grupo al que iba mira cómo ocurre esto,
pero en vez de acercarse a ayudarla, solo comienzan a reírse de lo que acaba de
ocurrir.
Esto fácilmente podría dar risa a cualquiera, y no
estaría mal, lo que ocurre es que Reina no está acostumbrada a que se burlen de
ella, aunque ella se burla de los demás. Esto hace que a ella no le dé risa su
estado, a lo que se avergüenza. Acto seguido, intenta recoger los vasos, cuando
oye a Yeiden decir, "¡Qué tonta eres!". Cuando lo oyó, se tranquilizó
un poco, pues con el tono sarcástico juguetón que lo hizo, era para que ella se
animara, o eso pensó. Aunque nadie sabe por qué, porque la realidad es que lo
hizo de una forma burlona para hacer más mofa sobre ella.
En esto, un chico que estaba en otro pequeño grupo de
3 se acerca y comienza a recoger los vasos. Le dice a Reina: "Ve al baño,
sécate un poco; creo que te cayó algo de alcohol en la ropa". Lo dice en
un tono de voz suave y muy casual. El chico que dijo esto tenía una apariencia
muy ordinaria ante los ojos de Reina y los de cualquiera a su alrededor. La
verdad es que cumplía muy bien los estereotipos masculinos, lo que ocurre es
que su expresión seria lo hacía verse un poco mal ante los ojos de los
extrovertidos de esta fiesta.
Al mirar esto, Susana también se levanta y dice:
"Traeré algo para secar, no te preocupes". Al ver esta movilización,
Reina cree que ya no debe hacer nada, pues cree que ya la atendieron sus
necesidades. Esto, para ella, es muy normal, ya que está acostumbrada a que los
demás hagan las cosas por ella. A lo que dice "gracias" y va al baño.
Al regresar, ya había pasado su vergüenza y el piso ya lo habían secado junto
al desorden. A lo que Reina sigue disfrutando de la fiesta en compañía de
Yeiden y sus amigos, solo escuchando las proezas de los chicos reunidos.