El viento marciano rugía como un eco de la batalla cósmica que se avecinaba. Karla'k y Victor se enfrentaban, sus miradas chocando en una danza mortal. Las poses de artes marciales se entrelazaban, y el aire vibraba con anticipación.
Una pequeña piedra cayó al suelo, y ambos guerreros se lanzaron como cometas desatados. Los golpes llovían: puños, patadas, codos. Cada movimiento era una sinfonía de dolor y determinación. Esquivaban y contraatacaban, sus cuerpos moviéndose con una agilidad sobrehumana.
Los puntos vitales eran objetivos claros. Karla'k buscaba debilitar a Victor, mientras este último luchaba por vengar a los caídos. Los sonidos de los golpes resonaban en todos los lados posibles, como tambores de guerra en un campo de batalla estelar.
En la desolada superficie de Marte, dos titanes se enfrentaban en un combate feroz. Karla'k, con su agilidad descomunal, lanzaba golpes rápidos como relámpagos, mientras Víctor se esforzaba por bloquearlos, jadeando con cada impacto. Los movimientos de Karla'k eran una danza de destrucción, y aunque Víctor lograba detener la mayoría, uno de los golpes se desvió en un ángulo inesperado. Con instinto afilado, Víctor se lanzó al suelo, esquivando el ataque sorpresa, y desde esa posición, con dos dedos, liberó una ráfaga de presión de aire que envió a Karla'k volando.
Karla'k atraviesa una cadena de montañas con un estruendo atronador, pero no pierde la compostura. Con un grito de poder, corta la montaña en dos con sus manos, haciendo que fragmentos de roca caigan a su alrededor como hojas secas. Víctor aprovecha la oportunidad y se lanza hacia él, su puño envuelto en una fuerza devastadora. Sin embargo, Karla'k no se deja intimidar; levanta una roca enorme y la lanza hacia Víctor mientras este se acerca.
Víctor detiene el puño de Karla'k, pero no puede evitar que la roca impacte, envolviéndolos a ambos en un cráter de polvo y escombros. A través de la nube, los dos guerreros se encuentran de nuevo, sus puños chocando con una explosión que pulveriza la roca y los derriba al suelo.
Víctor se levanta, mirando a Karla'k con incertidumbre y furia. "¡Caos inconmensurable!" grita Karla'k, preparando su técnica devastadora.
"Infernal eterno", replicó Víctor, pero su voz fue un instante más lenta. La técnica de Karla'k prevaleció, y una esfera de energía envolvió a ambos combatientes, encogiéndose hasta atraparlos en su interior. Dentro de esa burbuja, el mundo se convirtió en un vacío oscuro donde cortes invisibles desgarraban todo a su paso.
Un corte silencioso alcanzó el cuello de Víctor, quien se sorprendió por un momento antes de tensar sus músculos, cerrando la herida con una sonrisa desafiante. Sangrando de múltiples heridas invisibles, Víctor resistió, su sangre manchando el suelo. Karla'k sonrió, apreciando la resistencia de su oponente.
Ambos salieron volando de la esfera de energía, y Karla'k se colocó frente a Víctor, lanzando un golpe con toda su fuerza. Víctor esquivó ágilmente y atrapó la mano de Karla'k, tirándolo al suelo. Intentó golpearlo de nuevo, pero Karla'k esquivó con un salto hacia atrás.
Víctor, enojado y frustrado, observó a Karla'k con una mirada que prometía un enfrentamiento aún más brutal por venir.
Antes de que todo esto sucediera:
Rigor, el director de la academia, se inclinó hacia Victor, sus ojos centelleando con sabiduría ancestral. La luz de las constelaciones danzaba en su traje elegante mientras hablaba.
"Victor," comenzó Rigor, "Karla'k es más que un simple adversario. Su poder es inmenso, y su dominio de las energías cósmicas es legendario. Ha luchado en incontables guerras a lo largo de los eones, y su sed de batalla es insaciable."
Victor asintió, consciente de la magnitud del desafío que enfrentaba. "¿Crees que puedo vencerlo con mi poder actual?", preguntó, evaluando sus propias habilidades. "Aunque me daría muchos problemas."
Rigor sonrió, sus ojos brillando como estrellas lejanas. "¿Perderías?", inquirió.
Victor se enderezó, una sonrisa de oreja a oreja en su rostro. "Nah", dijo con confianza. "I'd win."
El director asintió. "Entonces, Victor, prepárate. El destino de mundos enteros pende de un hilo en este duelo."
Y así, con la certeza de la victoria en su corazón, Victor se adentró en la tormenta de poder que se avecinaba.
Victor, sintiendo la intensidad del
combate y consciente de la
amenaza de los cortes invisibles,
decidió que necesitaba una nueva
estrategia. Concentrando su energía
interna, comenzó a canalizarla hacia
el suelo. Con un grito de esfuerzo y
determinación, creó un círculo de
energía luminosa que se extendió
alrededor de él, alcanzando un radio
de 30 metros. Este círculo emitía
una vibración constante, creando
una barrera que desviaba los cortes
invisibles antes de que pudieran
alcanzarlo.
Karla'k, sin inmutarse, observó la
nueva habilidad de Victor con
interés. Con velocidad
impresionante, intentó golpear a
Victor de nuevo, pero este logró
esquivar el ataque con agilidad,
aprovechando la protección de su
círculo energético. Karla'k, frustrad o,
ejecutó un movimiento rápido con
Su mano, alterando el aire a su
alrededor. El aire se volvió más
áspero, generando cortes en el
rostro y los brazos de Victor, a pesar
de la barrera protectora.
Victor gruñó de dolor, pero mantuvo
Su concentración. Sabía que
nueva habilidad no era perfecta,
pero le daba una ventaja crucial en
el combate. Decidido a contraatacar,
Victor lanzó un ataque directo hacia
Karla'k, sus movimientos siendo
más precisos y letales gracias a la
protección del círculo energético.
Karla'k esquivó el ataque con
agilidad, pero Victor no se detuvo.
Con una serie de movimientos
rápidos, Continuó atacando,
forzando a Karla'k a mantenerse a la
defensiva. La arena marciana se
levantaba alrededor de ellos,
formando remolinos de polvo rojo
que añadían una atmósfera aún más
caótica en la batalla.
A medida que el combate se
intensificaba, Victor se dio cuenta
de que necesitaba aprovechar
cualquier oportunidad para superar
a Karla'k. Usando el poder de su
círculo energético, lanzó una serie
de ondas de choque hacia Karla'k,
cada una de ellas destinada a
desestabil izar su equilibrio y abrir
una brecha en su defensa.
Karla'k, aunque sorprendido por la
persistencia de Victor, respondió
con una furia renovada. Canalizando
su propia energía, lanzó un ataque
masivo, combinando la fuerza bruta
con la precisión de sus cortes
invisibles. El impacto fue
devastador, pero Victor, protegido
por su círculo, resistió el embate.
Ambos guerreros estaban ahora en
el límite de sus fuerzas, cada uno
buscando el momento decisivo que
les daría la victoria. Con los ojos
llenos de determinación, Victor
avanzó una vez más, dispuesto a
demostrar que su nueva habilidad
sería la clave para vencer a Karla'k
en esta épica batalla marciana.
Karla'k, Concentrado en mantener la
presión sobre Victor, dejó una
pequeña abertura en su defensa.
Victor, siempre atento, aprovechó el
momento. Se agachó rápidamentey
lanzó un golpe preciso al lado del
riñón izquierdo de Karla'k. EI
impacto fue tan fuerte que Karla'k
escupió saliva, tambaleándose por
el dolor.
Aprovechando la ventaja, Victor
siguió con un ataque de presión de
aire que envió a Karla'k volando,
alejándolo del círculo protector. Sin
embargo, al moverse fuera del
círculo, Victor comenzó a sentir los
cortes invisibles otra vez. A pesar
del dolor, no se detuvo. Utilizando su
energía, salió volando hacia Karla'k,
decidido a acabar con la batalla de
una vez por todas.
Victor apuntó un golpe directo al
rostro de Karla'k, pero Karla'k logró
esquivar en el último segundo. Sin
perder un segundo, Victor utilizó sus
piernas para envolver la cintura de
Karla'k, girando hacia atrás con
agilidad. Con sus cuatro dedos
extendidos, simulando una pistola,
concentró su energía y lanzó un
poderoso ataque directo al rostro de
Karla'k.
La explosión de energía fue
devastadora, desintegrando el
ataque de "Caos inconmensurable"
de Karla'k y envolviéndolo en una luz
cegadora. La fuerza del ataque
destrozó el entorno, levantando una
nube de polvo rojo que cubrió todo
el campo de batalla.
Cuando el polvo comenzó a
asentarse, Victor se levantó
lentamente, jadeando pero
triunfante. Karla'k, debilitado por el
ataque, yacía en el suelo,
claramente derrotado. La técnica de
Victor había prevalecido, y la batalla
en Marte llegaba a su fin, dejando al
guerrero victorioso pero exhausto,
listo para enfrentar cualquier nuevo
desafío que el universo le
presentara.
A pesar de la devastadora explosión
y la aparente derrota, Karla'k no
estaba dispuesto a rendirse. Desde
el suelo, comenzó a regenerarse, su
cuerpo curándose rápidamente
gracias a una habilidad oculta que
hasta ahora no había mostrado: una
combinación de regeneración
acelerada y una fuente
aparentemente infinita de
adrenalina.
Victor observó con asombro
mientras Karla'k se levantaba, sus
heridas cerrándose y su energía
volviendo a niveles máximos. La
batalla no había terminado; de
hecho, Karla'k estaba preparado
para contraatacar con una fuerza
renovada.
"Pensaste que habías ganado,
Victor,' dijo Karla'k, su voz más
fuerte y desafiante. "Pero aún tengo
una carta bajo la manga."
La energía alrededor de Karla'k
comenzó a intensificarse, sus ojos
brillaban con una ferocidad
renovada. Con una velocidad
inhumana, se lanzó hacia Victor, sus
movimientos ahora más rápidos y
precisos debido a la adrenalina que corría por sus venas.
Victor apenas tuvo tiempo de
reaccionar antes de recibir un golpe
devastador en el pecho que lo lanzó
varios metros hacia atrás. A pesar
del dolor, Victor se levantó, sabiendo
que debía adaptarse rápidamente
para tener una oportunidad.
Karla'k, ahora una fuerza imparable,
se movió con una agilidad
sobrehumana, atacando a Victor con
una serie de golpes rápidos y
poderosos. Cada movimiento estaba
cargado de una energía brutal,
forzando a Victor a retroceder y
defenderse con todas sus fuerzas.
Victor, en un intento desesperado
por mantener la ventaja, reactivó su
círculo protector, pero Karla'k ya
había aprendido a anticipar sus
movimientos. Con una combinación
de ataques físicos y cortes de aire,
Karla'k presionó a Victor, buscando
cualquier debilidad en su defensa.
Los dos combatientes estaban
envueltos en un torbellino de
energía y movimiento. El terreno
marciano se transformaba con cada
golpe y explosión, mientras las
fuerzas de ambos guerreros
chocaban con una intensidad
abrumadora. La regeneración
continua de Karla'k y su suministro
inagotable de adrenalina lo
mantenían en una lucha feroz, pero
Victor, con su determinación y
habilidades estratégicas, no se
dejaba vencer.
Victor, decidido a terminar el
combate, concentró toda su energía
en un último ataque. Con una
mirada de acero, dirigió su poder
hacia Karla'k, esperando que esta
vez fuera suficiente para superar las
increíbles habilidades de su
enemigo. La batalla alcanzaba su
punto culminante, y ambos sabían
que solo uno saldría victorioso de
este enfrentamiento épico en Marte.
La distracción momentánea de
Karla'k fue todo lo que Victor
necesitó. Con una rapidez
fulminante, Victor gritó: ";lnfernal
Eternal!" Apenas un segundo
después, Karla'k intentó
contraatacar con ";Caos
Inconmensurable!", pero esta vez,
Victor fue más rápido.
El campo de batalla se oscureció
instantáneamente, envuelto en una
energía negra y fuego infernal que
se expandía en todas direcciones.
La técnica de Victor, "Infernal
Eternal," había atrapado a Karla'k en
un espacio infinito donde el fuego y
la oscuridad reinaban, impidiendo
cualquier entrada o salida.
Victor, como maestro de esta
técnica infinita, se movió a la
velocidad de la luz, resistiendo la
presión de una velocidad tan
extrema. Con precisión letal,
atravesó el pecho de Karla'k con un
golpe, dejando un rastro de sangre
en su piel antes de retroceder. EI
dolor y la sorpresa se reflejaron en
el rostro de Karla'k mientras
intentaba recuperarse.
Sin embargo, antes de que Victor
pudiera celebrar su éxito, un portal
se abrió en medio del "Infernal
Eternal." Una mano salió del portal,
lanzando un ataque que destruyó la
técnica de Victor. El fuego y la
oscuridad se disiparon en un
instante, dejando a ambos
combatientes de nuevo en el terreno
marciano.
Victor retrocedió, sus ojos llenos de
incertidumbre y enojo. A pesar de
haber usado su técnica más
poderosa, Karla'k ya se estaba
moviendo libremente otra vez,
recuperando su posición en el
combate.
Karla'k sonrió, su regeneración en
pleno efecto. "Pensaste que podrías
derrotarme con eso," dijo, su voz
llena de desafío. "Pero no puedes
detener el Caos Inconmensurable."
Victor, sabiendo que la batalla aún
no había terminado, se preparó para
el próximo asalto. Con ambos
guerreros al límite de sus fuerzas y
habilidades, el enfrentamiento
continuaba, con la victoria aún al
alcance de cualquiera de los dos. La
intensidad de la batalla en Marte
seguía aumentando, cada
movimiento y cada técnica llevando
a los combatientes más cerca de la
conclusión de su épica lucha.
Victor, decidido a usar "Infernal Eternal" una vez más, colocó dos dedos en su frente. Sin embargo, antes de que pudiera pronunciar las palabras, un leve sangrado comenzó a brotar de su nariz. El desgaste de la técnica no era solo físico, sino también mental, y el uso repetido había dejado su cerebro gravemente dañado. Con un suspiro agitado, se arrodilló, sintiendo la desesperación y el agotamiento que lo envolvían.
Karla'k, observando la vulnerabilidad de Victor, sonrió con desprecio. "Eres un estúpido pensando que podrías ganarme," dijo, su voz cargada de arrogancia. "Pensé que una técnica como esa podría aguantar, pero ahora es mi turno." Justo cuando iba a invocar "Caos Inconmensurable," un sangrado profuso comenzó a salir de sus ojos y nariz. Karla'k también había llevado sus habilidades al límite, y su cerebro sufría las consecuencias.
Victor, a pesar de su propio estado debilitado, se rió con burla. "Ahora, ¿quién es el estúpido?" señaló detrás de Karla'k. Allí, en un resplandor divino, se veían a Jehová y el arcángel Miguel observando la batalla. "Me tengo que lucir un poco," añadió Victor con determinación renovada.
Aprovechando la oportunidad, Victor lanzó un ataque de aire que atrajo a Karla'k hacia él. Con precisión y fuerza, lo golpeó directamente en el rostro, aprovechando la parálisis momentánea de Karla'k debido a su cerebro dañado. Sin darle tiempo a recuperarse, Victor agarró a Karla'k por la cara y comenzó a arrastrarlo por toda la superficie marciana, dejando un rastro de polvo y rocas a su paso.
La dureza del terreno marciano se sentía en cada movimiento, pero Victor no se detenía. Con cada metro que avanzaba, sentía la ira y la determinación arder dentro de él. Karla'k, aún paralizado y debilitado, solo podía soportar el castigo mientras su mente intentaba recuperarse de los daños sufridos.
Jehová y el arcángel Miguel observaban desde la distancia, sus miradas llenas de interés y aprobación por la lucha de Victor. Este, sintiendo su presencia, encontró la fuerza para continuar, sabiendo que debía terminar la batalla de una vez por todas.
Finalmente, con un último esfuerzo, Victor lanzó a Karla'k al aire, preparando un ataque final. Concentró toda su energía en un solo punto, decidido a acabar con su enemigo de una vez por todas, mientras la épica batalla en Marte alcanzaba su clímax definitivo.
Victor, con la determinación ardiente en sus ojos, lanzó un ataque al cielo, creando un blaster solar que flotaba en el aire, justo en la posición de Karla'k. La brillante luz del sol hacía que el blaster se camuflara perfectamente, y Karla'k, concentrado en la lucha, no se dio cuenta de la trampa que le esperaba.
Victor sonrió, creyendo que tenía la ventaja. Sin embargo, su alegría se desvaneció rápidamente cuando sintió un dolor intenso y vio su propio brazo volar por el aire. Dos clones de Karla'k lo habían sorprendido, atacándolo sin piedad. Los golpes eran rápidos y contundentes, forzando a Victor a retroceder y defenderse.
La ira de Victor aumentó, despertando una fuerza latente en su interior. La adrenalina se disparó, sus músculos se tensaron y se volvió más consciente de cada movimiento. Al ver una de las copias acercarse, Victor actuó instintivamente. Con una patada precisa, golpeó a la copia en el cuello, seguido de un movimiento rápido que envolvió su cuello con las piernas y giró violentamente, lanzándola al suelo.
En ese momento, Victor canalizó su energía restante y disparó otro blaster solar directamente a la copia. El ataque de energía fue tan poderoso que explotó en todo el cuerpo de la copia, enviándola volando hacia arriba. El ataque comenzó a girar alrededor del primer blaster solar, creando un doble anillo de energía brillante justo al lado del sol.
Karla'k, aún recuperándose de los daños, finalmente notó la peligrosa configuración de energía en el cielo. Los dos blasters solares giraban con una intensidad creciente, amenazando con desatar un poder devastador. Victor, a pesar de estar gravemente herido, se levantó con una determinación feroz.
"¡Es hora de terminar esto!" gritó Victor, concentrando toda su energía en controlar los blasters solares. Los clones de Karla'k se desintegraban, incapaces de resistir la energía desatada por Victor.
Con un último grito de esfuerzo, Victor fusionó los dos blasters solares en un solo ataque devastador. La explosión fue cegadora, enviando ondas de choque por toda la superficie marciana. Karla'k, atrapado en la explosión, gritó en agonía mientras su cuerpo era desintegrado por la energía abrumadora.
Cuando el polvo se asentó, Victor cayó de rodillas, agotado pero victorioso. El campo de batalla estaba en silencio, la figura de Jehová y el arcángel Miguel observando desde la distancia. La épica batalla en Marte había llegado a su fin, con Victor como el vencedor, habiendo superado los límites de su poder y enfrentado a su enemigo con una valentía inquebrantable.
Victor, agotado y herido, decidió que era hora de terminar la batalla de una vez por todas. Con su último aliento, reunió todas sus fuerzas y concentró su energía restante. Mientras Karla'k se regeneraba y se lanzaba hacia él con velocidad increíble, Victor gritó su ataque final: "¡Solar Striker!"
Los dos guerreros chocaron sus puños con una fuerza inimaginable. El impacto no solo destruyó la superficie de Marte, sino que desató una explosión tan colosal que comenzó a desintegrar el planeta entero. La devastación se extendió rápidamente, alcanzando todo el sistema solar y más allá, afectando incluso a galaxias distantes. La energía liberada fue tan abrumadora que todo a su paso fue destruido.
Jehová y el arcángel Miguel, presenciando el cataclismo, rápidamente crearon un campo de fuerza a su alrededor para protegerse de la devastación total. La explosión resultante fue más grande de lo que cualquier ser pudiera imaginar, borrando la existencia de múltiples sistemas estelares en un instante.
En el centro de esta inmensa destrucción, los cuerpos de Victor y Karla'k fueron llevados al límite. Karla'k, sin embargo, fue enviado por Jehová a una dimensión creada exclusivamente para él, un lugar donde quedaría eternamente encerrado, incapaz de causar más destrucción.
Victor, flotando en el vacío del espacio, estaba desmayado, su cuerpo exhausto y al borde de la muerte. La batalla épica había llegado a su fin, y aunque el costo había sido enorme, Victor había logrado derrotar a Karla'k. La inmensidad del espacio lo rodeaba, silenciosa y fría, mientras flotaba inconsciente, habiendo salvado el universo a un precio incalculable.
Jehová, observando el estado crítico de Victor, decidió intervenir para salvar al valiente guerrero. Con un gesto de su mano, creó un campo de fuerza alrededor de Victor, dotado de una atmósfera especial que le permitiría respirar y recuperarse.
El campo de fuerza brillaba con una luz divina, envolviendo a Victor en un aura protectora. La atmósfera dentro del campo de fuerza era cálida y revitalizante, proporcionan el oxígeno necesario y curando lentamente las heridas de Victor. Su respiración, inicialmente débil y errática, comenzó a estabilizarse.
Jehová y el arcángel Miguel flotaban cerca, vigilando a Victor mientras se recuperaba. La paz en el espacio contrastaba con la destrucción masiva que había ocurrido momentos antes. Con la amenaza de Karla'k neutralizada y el universo a salvo de la devastación, había un sentido de serenidad en el aire.
"Tu valentía y sacrificio no serán olvidados," dijo Jehová, su voz resonando con poder y compasión. "Descansa ahora, guerrero. Has hecho más de lo que cualquiera podría haber esperado."
Victor, aunque inconsciente, parecía responder a las palabras de Jehová. Poco a poco, sus fuerzas comenzaron a regresar, protegido y revitalizado por el campo de fuerza divino. La batalla había terminado, pero la historia de Victor se convertiría en una leyenda, recordada por eones como el guerrero que salvó al universo a costa de su propio ser.
Victor, lentamente abriendo los ojos, vio el vasto vacío del espacio salpicado de restos de planetas y estrellas. Aún aturdido por la inmensidad de la destrucción, se levantó dentro del campo de fuerza que Jehová había creado para él. Sentía una mezcla de alivio y dolor; sus amigos y su amada Luci eran lo primero que venía a su mente.
"Luci..." murmuró, su voz quebrada por la tristeza y la incertidumbre.
Jehová y el arcángel Miguel lo observaban en silencio, comprendiendo la magnitud de su sacrificio y el peso de su pérdida.
"Victor," dijo Jehová con una voz profunda y serena, "tu valor ha salvado incontables vidas y ha prevenido una destrucción aún mayor. Sin embargo, somos conscientes del precio que has pagado."
El arcángel Miguel dio un paso adelante, sus alas resplandeciendo con luz divina. "Tu sacrificio no será en vano, Victor. El amor y el recuerdo de aquellos que has perdido vivirán eternamente en tu corazón y en la historia del universo."
Victor, aún procesando todo lo que había sucedido, cerró los ojos un momento, dejando que las palabras de Jehová y Miguel calmaran su espíritu. La mención de Luci y sus amigos lo llenó de una tristeza profunda, pero también de una determinación renovada.
"No puedo cambiar lo que ha pasado," dijo finalmente, con una voz más firme. "Pero puedo honrar sus memorias, y asegurarme de que sus sacrificios no hayan sido en vano."
Jehová asintió, y con un gesto, extendió una mano hacia Victor. "Ven, Victor. Hay mucho por hacer y muchas vidas que aún necesitan protección. Tu misión no ha terminado."
Con una nueva resolución, Victor aceptó la mano extendida. Sabía que su viaje estaba lejos de concluir, pero también sabía que no estaba solo. Jehová, Miguel y las memorias de sus seres queridos le darían la fuerza para seguir adelante, enfrentando cualquier desafío que el universo le presentara.
Aún así Jehová le tiene una sorpresa.
Fin.