Daniel, completamente imperturbable, lo esperaba. Bloqueó el ataque con su brazo derecho, mientras su brazo izquierdo se transformaba en una especie de lanza metálica que atravesó el aire con una velocidad imposible. El líder apenas tuvo tiempo de reaccionar, y aunque logró esquivar el golpe mortal, la lanza le rozó el hombro, arrancándole parte de su armadura protectora que portaba.
—Reconozco esos movimientos… nuestros ancestros nos advertían no pelearnos con los monjes chinos. —murmuró el líder ninja, jadeando por el esfuerzo—. Es el estilo King fu taochi. ¿Cómo es que un empresario como tú conoce ese estilo, un extranjero que conoce el estilo de pelea de los dioses antiguos? ¿Acaso ellos te dejaron entrar a la ciudad dorada de los 7 cielos? — el jefe de los ninjas preguntó, completamente desconcertado. Ni siquiera ellos, descendientes de aquel que fue desterrado, fueron capaces de alcanzar las puertas de la ciudad ancestral custodiada por aquellos monjes.
Daniel sin embargo, no respondió. En lugar de eso, lanzó una patada giratoria que impactó directamente en el pecho del ninja, enviándolo hacia la pared del edificio con una fuerza tan potente que la estructura se resquebrajó bajo su peso. El líder ninja escupió sangre, sus ojos desorbitados por el dolor, pero aún así, intentó levantarse, a pesar de sentir que su caja torácica había sido pulverizada.
"Ese traje, es demasiado frágil para generar una fuerza como esta. Ese hombre es un súper humano, un súperhumano muy poderoso". El líder de los ninjas concluyó, furioso. La información que había recopilado había sido erróneo. Si deseaba luchar contra yocaju, demostrar su fuerza contra uno de los nuevos dioses de este siglo, necesitaba vencer a este hombre a como de lugar.
—deja de estar fingiendo, ya sé que no eres humano —gruñó el líder—. Esta falsa se te caerá tarde o temprano, así que lucha contra mí con todo lo que tienes, y deja de menospreciarme.
Daniel lo miró con frialdad, sin estar dispuesto a dejar caer su artimaña.
—No tienes idea de lo que estás diciendo.
Sarutobi, como el ultimo de los ninjas, era muy consciente de que se encontraba en problemas. Se encontraba herido de un hombro, y todo su torso había sufrido una lesión incapacitante. Su chi trabajaba al máximo, para evitar caer por el daño que había recibido. Sin pensarlo dos veces, se lanzó hacia Suárez utilizando las paredes como plataformas para realizar un sin número de ataques coordinados. comenzó a escupir ráfagas de fuego incandescente, y realizando un sello de mano, su traje comenzó a emanar energía, destellando luces holográficas. Sin previo aviso, invocó ilusiones holográficas que distorsionaban la realidad alrededor de Daniel, creando múltiples imágenes de él mismo atacando. Daniel esquivaba y bloqueaba cada ataque con precisión, impresionado por la tecnología del traje que portaba el líder de los ninjas. Algunas de las copias holográficas eran intangibles, pero otras, de alguna manera habían conseguido tomar consistencia física. Más tarde estudiaría esa tecnología.
Con un rápido movimiento, el líder ninja lanzó una pequeña esfera de humo que estalló, llenando el aire con una nube densa de gas. Daniel, con su visión parcialmente obstruida, se preparó para el ataque final.
De repente, sintió la presión de varios cuchillos envolviendo su cuerpo, los alambres comenzaban a tensarse, buscando cortarlo en pedazos. El líder de los ninjas apareció detrás de él, listo para asestar el golpe final.
Pero antes de que pudiera atacar, Daniel liberó toda la energía acumulada en su traje, desconcertando al jefe de los ninjas, que no pudo prever aquel ataque.
Una explosión magnética surgió desde su centro, desintegrando los alambres y lanzando al ninja en dirección opuesta hacia Daniel. El líder, en el último momento, logró sostenerse de la pared del edificio, evitando caer al vacío a pesar de sentirse completamente destruido por dentro. Escupió una bocanada de sangre desde su boca, sabiendo que debía retirarse lo antes posible.
Daniel se preparó para dar el golpe final, pero justo en ese momento, las sirenas comenzaron a sonar. Los medios y la policía ya habían llegado al lugar, con cámaras transmitiendo en vivo lo que ocurría en las alturas del edificio.
El líder de los ninjas, sabiendo que no podría ganar, miró a Daniel con una mezcla de respeto y odio.
—Tendremos nuestra revancha, Suárez —gruñó antes de lanzar una bomba de humo que arropó medio edificio en segundos y desapareció.
Daniel permaneció quieto por un momento, observando cómo el ninja desaparecía en la distancia, mientras el caos a su alrededor comenzaba a calmarse. Podía sentir la manera en Cómo se alejaba, para luego desplazarse posiblemente en alguna nave aérea camuflada.
—Siempre es lo mismo —murmuró para sí mismo mientras su armadura comenzaba a desactivarse, volviendo a ser el simple collar tecnológico que llevaba al principio. Aunque antes, había roto parte del vidrio para ingresar a una de las plantas de la sede, completamente imperturbable, sin un rasguño aparte de la sangrienta pelea. — Me va a costar una fortuna reparar este lugar.
Los empleados miraban desde el exterior del edificio, algunos asombrados, otros preocupados. Sin embargo, lo que era evidente para todos es que Daniel Ramírez Suárez había mostrado una nueva faceta de su genio: no solo era un brillante empresario, sino también un guerrero formidable.
Sandaala, ubicación desconocida.
El viento fresco de la mañana arrastraba consigo un olor a pólvora y tierra quemada mientras el equipo se reunía alrededor de una mesa de madera vieja dentro de la tienda de campaña militar.
El nuevo escondite del equipo de Héroes parecía ser una de las ubicaciones de descanso de los guerrilleros. Allí, descansaron y asimilaron todo lo que había pasado, en un intento de calmar la situación de sus acciones.
Un mapa detallado del país estaba extendido frente a ellos, mostrando las líneas de control del ejército de M'Buku y las áreas clave donde se libraban batallas decisivas.
Hace un día, M'buku había salido de su trinchera y había movilizado a toda su gente para sofocar al pueblo que estaba en las calles. Las muertes habían alcanzado miles en cuestión de horas, pero diferencia de los tiempos anteriores, la gente se negó a caer bajo el yugo de M'buku una vez más.
Acompañado de un pequeño tumulto de guerrilleros, la gente empezó a darle pelea, Aunque estaba perdiendo debido a lo despiadado que era el ejército del señor de la guerra. Sin mencionar, aquel súper soldado especial que había aparecido de la nada, capaz de arrasar con las manifestaciones en cuestión de minutos.
Por lo que el pueblo había decidido realizar ataques de guerrilla, en un intento de resistir hasta la aparición de Los Héroes.
Las manos curtidas de Mwangi Wekesa, segundo Armando de kito, señalaban las zonas más peligrosas, mientras explicaba las recientes incursiones del dictador en pueblos pequeños que se habían atrevido a alzar la voz contra su régimen.
—Aquí es donde se concentra el grueso de sus fuerzas actualmente. —indicó Wekesa, con el dedo recorriendo el mapa—. Pero lo que nos preocupa realmente es esto —apuntó hacia un punto marcado con un círculo rojo cerca de las montañas Ngorongoro —. M'Buku ha establecido un puesto avanzado aquí, y tenemos razones para creer que esta es la ubicación de su bruja siberiana. Según nuestras informantes, prostitutas para el disfrute de los hombres de M'buku, señalan que el nombre de la bruja es tittle Nina.
Nova se sorprendió por el nombre, pues había escuchado de ese nombre, aunque no recordaba exactamente en qué reunión. Sin embargo, mantuvo el silencio junto con sus compañeros.
Un murmullo de incertidumbre recorrió al equipo, especialmente del equipo de guerrilleros. Con la aparición de los héroes, M'buku había conseguido más fuerza pero normal. Y a pesar de la demostración que habían presenciado sobre lo despiadados que podían llegar a ser los super héroes, ellos tenían que la bruja siberiana le diera el poder a todos los hombres de M'buku, como habían presenciado en la emboscada.
La idea de enfrentarse a una fuerza sobrenatural, además de un ejército bien armado, no era algo que pudieran tomar a la ligera. Miss Audaz cruzó los brazos, su expresión dura.
—¿Qué tan fiable es esta información? —preguntó, con los ojos fijos en Wekesa—. ¿Estamos seguros de que no es solo un mito local para asustar a la población?
Wekesa negó con la cabeza, con una expresión sombría. —Mis mejores hombres han visto cosas con sus propios ojos. Tittle Nina es real, y está aquí junto con M'buku. Además de su alma y los recursos de nuestra nación, M'buku también le ofrece rituales carnales a la bruja con tal de estar del lado agradable de la bruja. También hemos presenciado el terrible poder que la bruja tittle Nina tiene, es espantosa. Guerreros que eran imparables, cayendo sin una gota de sangre derramada, como si algo invisible los hubiera consumido desde dentro. Y esa bruja... quien sea, ha hecho que M'Buku sea prácticamente intocable. Todos los que se han acercado a su fortaleza han desaparecido.
Nova apareció indiferente ante las palabras del guerrillero, tal parecía que los locales confundían las habilidades súper humanas con habilidades sobrenaturales.
Con cada momento que permanecía en este lugar, recopilaba información importante que podría ser beneficioso para los Estados Unidos.
Explotar la ignorancia de estas personas sería muy beneficioso, una vez lograrán localizar el objetivo que Suárez necesitaba de este lugar. Ellos aún no podían determinar la razón del interés de Suárez, y nova todavía había sido incapaz de deshacerse de coronel de plata. Además, ninja mexicano parecía muy cauteloso, observándolo desde la distancia, a solo un segundo de un kunai para ser lanzado hacia su yugular.
No quedaba duda de que debía andarse con cuidado.
Machete, siempre pragmático, golpeó la mesa con un dedo, haciendo que los demás centraran su atención en él. —Bruja o no, si lo que dices es real, ese puesto avanzado es la clave. Si queremos derrocar a M'Buku, tenemos que eliminar esa fortaleza y cortar su suministro de dopaje. —Sus ojos oscuros se movieron sobre el equipo—. ¿Estamos todos de acuerdo?
Hubo asentimientos silenciosos alrededor de la mesa, aunque Ninja Mexicano soltó un pequeño suspiro, en parte frustración y en parte resignación. —Supongo que iré a cazar a una bruja siberiana después de todo. ¿Por qué no? He tenido trabajos más locos. — bromeó esto último, dejando entender que el se haría cargo de la mujer. Él era el más calificado para un asesinato rápido y silencioso.
Coronel de Plata, quien hasta entonces había permanecido en silencio, inclinó ligeramente la cabeza. —Yo puedo encargarme del reconocimiento aéreo. Mi armadura me permite volar a altitudes a las que no pueden detectarme, y con el camuflaje activo podré ver lo que está pasando antes de que hagamos cualquier movimiento.
Wekesa dio un paso adelante, apoyándose en la mesa. —Deberán tener cuidado. La zona está completamente vigilada, no solo por sus soldados, sino por algo. algo más. Hay un sentinela que parece surgir de la nada. Mis hombres lo describen como una sombra que caza en la oscuridad. Casi imposible de ver hasta que es demasiado tarde.
Imix, con su tono de voz bajo y tranquilo, intervino mientras observaba el mapa. —Las sombras no me preocupan. Si es algo que puede ser derrotado, lo enfrentaremos. —Sus palabras estaban impregnadas de una confianza absoluta. Después de todo, él conocía muy bien las sombras, y sabía cómo manipularlas a su favor. En cualquier caso se encargaría de aquella situación por sus propios medios, ya había hecho los ajustes adecuados para recalibrar su exoesqueleto, obteniendo más destreza en el proseso.
Miss Audaz dio un paso al frente y, con un toque en su muñeca, activó un holograma proyectado desde su exoesqueleto que mostraba un escaneo satelital de la zona. —Podemos entrar por aquí —señaló un valle al norte del puesto avanzado—. Hay menos patrullas en esa área y el terreno montañoso nos dará cobertura. Si lanzamos un ataque rápido, podemos desestabilizar sus defensas antes de que sepan qué los golpeó. Yo podía encargarme de ser el señuelo, soy la más rápida de aquí, así que podría deslizarme por el área sin representar un peligro real para mí.
Machete asintió, su rostro marcado por la decisión. —Bien. Nos dividiremos en dos equipos. El primero se infiltrará en la fortaleza y neutralizará a la bruja. El segundo se encargará de las tropas y su maquinaria pesada.
Ninja Mexicano soltó una risa corta. —Entonces yo me encargo de la infiltración y la eliminación de la bruja Nina. Es bueno saber que sigo siendo el maestro del sigilo.
Miss Audaz lo fulminó con la mirada. —Solo asegúrate de no jugar al desinteresado esta vez. Todos necesitamos salir de esto con vida ¿Entiendes?
Puño de Hierro, que había estado callado, estiró los brazos y los hizo crujir. Sus guanteletes emitieron un brillo suave mientras las placas de metal se ajustaban a su gigantesca constitución. —Yo me encargaré de la maquinaria pesada —dijo con voz profunda y tranquila, como si fuera una tarea rutinaria—. Nada resiste mi puño.
Con el acompañamiento de sus palabras, nova levantó la mano mientras se integraba en la conversación.
— yo seré el apoyo de puño de hierro. Podría servir como cobertura proporcionándoles campos de fuerza y evitar la artillería.
— volaré junto con coronel de plata, así cuando la diversión empiece proporcionar ataque aéreo desde los cielos. También le podría proporcionar al coronel de plata energía térmica cuando necesite carga. — antorcha ofreció, entras coronel de plata sentía.
— eso me sería de mucha ayuda. — el cedió.
Con los roles definidos, la tensión en la tienda disminuyó ligeramente, pero nadie perdía de vista la realidad de la situación. Todos sabían que el enfrentamiento con las fuerzas de M'Buku y la supuesta bruja no sería un simple combate. Había demasiadas incógnitas, demasiados riesgos.
Wekesa, observando la determinación en el rostro del equipo, añadió con seriedad: —Recuerden, M'Buku no es solo un dictador más. Su control sobre Sandala es absoluto, y cualquier error podría condenar a todo el país. —Se inclinó hacia Machete, con una mirada cargada de gravedad—. Si fallan, no solo serán ustedes los que caerán. Serán miles de vidas perdidas. En estos momentos la gente está muriendo allá afuera, luchando contra el ejército de M'buku, entregando sus vidas porque tienen esperanza de que ustedes lograrán traer la paz a nuestros hijos. Deben darlo todo.
Machete sostuvo su mirada, firme como siempre. —No fallaremos. — prometió.
El silencio en la tienda fue palpable mientras los miembros del equipo intercambiaban miradas. Sabían que las palabras de Machete no eran solo una declaración; eran una promesa. Una promesa de que cada uno de ellos daría lo mejor de sí para cumplir la misión y salvar a Sandala, sin importar las dificultades que enfrentaran.
Afuera, el Centurión ya estaba preparándose para su próxima salida. Los ingenieros revisaban cada sistema, asegurándose de que todo estuviera en perfecto estado para cuando el equipo volviera a abordar. En cuestión de minutos, el sol comenzaría a brillar con más fuerza, anunciando la llegada de un nuevo día.
—Preparen el equipo —ordenó Machete, dando un paso hacia la salida de la tienda—. Nos movemos al amanecer.
Mientras salían, cada miembro se preparaba mentalmente para lo que estaba por venir. Sabían que no había margen para errores. En esta misión, cualquier paso en falso podría significar la destrucción total. Pero ellos no eran cualquier equipo; eran los mejores, y estaban listos para enfrentar lo que fuera necesario.
Todo por la paz de sandaala.