Chereads / THE BOYS: HEROE EXTRANJERO / Chapter 60 - CAPITULO 1:

Chapter 60 - CAPITULO 1:

El sol apenas asomaba en el horizonte de Washington D.C., pero en las profundidades del búnker subterráneo del Pentágono, la oscuridad reinaba, a la espera de una solución que la nación necesitaba con urgencia.

Las luces frías de los fluorescentes iluminaban los rostros tensos de aquellos reunidos en la sala, Un selecto grupo de intelectuales, funcionarios y entidades de poder.

El coronel mallory, rodeado por figuras influyentes del gobierno y el ejército, aceptaba felicitaciones de sus superiores e iguales debido a la gran participación de sus muchachos en México, siendo posible un avances sin precedentes para la nacion y el gobierno. Mallory por otro lado, no estaba allí por ellos, o su invitación a este gran evento. Su amor por hacer sufrir a los héroes lo era suficiente para hacerlo perder tiempo en reuniones que consideraba sin importancia, y solo estaba aquí por una sencilla razón. Su hija. un hombre endurecido por décadas de combate, intriga y rencor era débil con su sangre, lo mas preciedo, lo único que le quedaba en este mundo envuelto en la locura.

Por otro lado, esta reunión No estaba exento de sorpresas. Si bien, mallory consideraba esto sin importancia, para los demás, esto era un día único en la historia de los Estados Unidos.

Este no era un día cualquiera. El Proyecto Centinela, una de las mayores inversiones del gobierno en tecnología militar, iba a ser presentado a un selecto grupo de líderes. Dentro de los cuales, había tenido el privilegio de presenciar. La finalidad de esta reunión era clara: decidir el futuro de un arma tan poderosa que, de ser desplegada, podría cambiar el curso de la historia para siempre.

Estados Unidos podría volver a ser la hegemonía mundial una vez más, un nuevo éxodo para su poder mundial.

Mallory entró en la sala con la expresión grave de alguien que había visto demasiado. Su reputación le precedía: un hombre que sabía jugar el juego de poder en los círculos más peligrosos, pero que nunca había perdido de vista su verdadero objetivo: destruir a los supers que representaban una amenaza para la humanidad y, en particular, para los intereses de Estados Unidos.

Pese a ser un búnker militar, el salón estaba decorado con un lujo que rayaba en lo ostentoso, incluso se habían dignado a realizar una fiesta diseñada para impresionar a los poderosos, para reafirmar la farsa de la estabilidad y el orden que poseían sobre un mundo que estaba lejos de serlo.

Mallory estaba fuera de lugar en ese ambiente, con su porte rígido y su mirada sombría. Era por este tipo de situaciones a las que este odiaba asistir a ocasiones como estas. Se suponía que se hablaría del arma que podría poner en jaque a los super humanos, no una jodida fiesta de victoria sicret.

Este Observaba el evento desde una esquina, como un lobo solitario acechando entre las sombras, buscando a su presa. su presa no era un enemigo esta noche, sino su hija, Grace mallory, la única razón por la que había aceptado la invitación a ese maldito espectáculo.

Al otro lado de la sala, la vio. Grace estaba de pie junto a su esposo, el congresista Morrison j clinton. La elegancia de su porte y la serenidad aparente de su rostro contrastaban con el caos que sabía que residía en su interior. No habían hablado en años, no desde que la muerte de sus niños. Mallory cerró los ojos un momento, como si al hacerlo pudiera alejar el dolor que le apretaba el pecho.

El esposo de Grace, alto, tranquilo y con la sonrisa de un político que ha aprendido a ocultar la verdad detrás de una máscara de carisma, notó la mirada de Mallory. Con un gesto de la mano, se disculpó de la conversación en la que estaba inmerso y se acercó al viejo coronel.

—Coronel Mallory, qué sorpresa verlo aquí. No esperaba encontrarlo en un evento de este tipo —dijo Morrison, tendiéndole la mano.

Mallory la estrechó con firmeza, pero no respondió de inmediato. Su mirada seguía clavada en Grace, observando cómo ella también había notado su presencia. Parecía mejor que la última vez que la vio, al menos ya podía levantarse de la cama. El contacto visual entre padre e hija duró solo un instante, pero fue suficiente para que el rencor que los separaba se manifestara como una barrera invisible.

"veo que su odio no a disminuido ni un poco, justo como su padre", mallory pensó.

—No suelo asistir a estos lugares, congresista —dijo Mallory finalmente, con su voz áspera y cansada—. Pero hoy tenía una razón.

El congresista asintió, comprendiendo a qué se refería. Sus ojos buscaron a su esposa, que estaba rígida, como si se preparara para una batalla interna. Solo ella sabía el esfuerzo que ponía de su parte para no explotar contra su padre en estos momentos.

—Grace. Ella, se siente mejor. ha sido unos años difícil para ella, para todos nosotros. —comentó el hombre, con una seriedad que contrastaba con su habitual tono jovial. Pero mallory no se dejaba engañar por la tranquilidad de Morrison. No por nada estaba en este evento. Su odio hacia los héroes era igual o más grande que su hija, tras experimentar la perdida de sus niños. La única diferencia entre el y Grace fue su ferviente diligencia en la financiación del proyecto prometo, junto con fuertes campañas contra la regulación de los super humanos. Secretamente, se tenía informacion de que era un líder de una red de información desempeñados en la extraccion de información sobre el compuesto V. —. Pero antes de que hable con ella, quiero que sepa que aprecio todo lo que ha hecho por este país. Su sacrificio no ha sido en vano, en especial su logro reciente.

Mallory sintió una punzada de culpa en lo profundo de su ser. ¿Sacrificio? Esa palabra parecía no tener fin en su vida. Por culpa de conseguir aquellas palabras había perdido lo más importante para su vida, Su mundo se había reducido a una espiral de venganza, dejando tras de sí un rastro de destrucción personal que ahora pesaba sobre él como una roca.

—Lo que hago no es un sacrificio —respondió, más para convencerse a sí mismo que al congresista—. Es una maldita necesidad.

Morrison asintió de nuevo, pero sus ojos estaban en Grace. La tensión en su esposa era palpable, y comprendió que su presencia no haría más que empeorar las cosas. Inclinó ligeramente la cabeza hacia Mallory.

—Debería hablar con ella, coronel. Si me disculpa.

Mallory no respondió. No había necesidad. El congresista se alejó, dejando al viejo soldado solo en medio de la multitud que, ajena a su tormento, seguía disfrutando del vino caro y las conversaciones banales.

Incluso podía observar a personas de interés, muchos de los cuales, muy probablemente habían consumido el compuesto V. Todos ellos creían tener un poder sobre la sociedad, herederos de patrimonios petroleros, bancarios y adquisiciones centenarias. Estas personas que observaban a los demás con desdén eran la burguesía de este siglo, empeñados en volverse dioses de la era actual. Odiaban el hecho de que ellos no poseían el poder real, que existían gente que podría acabar con sus legados si así lo deseaban. Odiaban y temian la existencia de seres como los 7, como homelander, como yokaju.

Este proyecto era su instinto de logran salvar sus posiciones, no el mundo.

Pero mallory no sentía interés en esto, su Cruzada estaba enfocada en la empresa que había puesto sobre las cuerdas a toda esta gente, escupiendo en sus caras, haciendo lo que le plazca.

Los pensamientos de Mallory fueron interrumpidos. Grace se acercó con paso lento pero decidido, sus ojos fijos en los de su padre, como si quisiera atravesarlo con la intensidad de su mirada. Cuando finalmente estuvo frente a él, hubo un momento de silencio. Un silencio denso, cargado de palabras no dichas, de reproches que habían sido reprimidos durante demasiado tiempo. Un silencio que solo había sido interrumpido por la manifestación de los poderes de Grace, su hija.

Su piel empezó a brillar en un tenue color dorado, recordando la familiaridad que los único. Lastimosamente para marolly, el pasado rebelde de su niña habia provocado cosas como la aparición de sus habilidades forzosas a causa de la exposición indebida al compuesto V sin que ella lo hubiera sabido en aquel entonces.

Grace Mallory tuvo un pasado turbulento. Durante su juventud, se rebeló contra la estricta disciplina de su padre, convirtiéndose en una adolescente problemática. En aquel entonces, ser amante de la paz y el amor, consumir muchas sustancias ilícitas y protestar contra Vietnam era una moda atractiva para los jóvenes. Su hija no estuvo exenta de esto. Grace fue arrestada en múltiples ocasiones por delitos menores, y desarrolló una adicción a las drogas tan fuerte que la hizo hacer lo que sea por unas cuantas dosis. Su relación con la ley era conflictiva, y parecía que su vida estaba en una espiral descendente sin retorno.

Su vida callo aún más Ondo cuando 20 años atrás, se había alistado a un proyecto secreto de vought en el que se investigaba unas "vacunas contra el sarampión" a cambio de una pequeña mensualidad por un periodo de 10 años, los cuales le alcanzaría para seguir con su vida de adicción y descontrol. Además, ella estaba embarazada de un drogadicto que había muerto por una sobredosis, así que si o si nesecitaba el dinero para buscar la manera de abortarlo. Pero se drogaba tanto que al final se le hacia imposible asistir a una clínica, y el niño había crecido tanto que era imposible realizar el procedimiento. Tubo que vivir con el niño en su vientre hasta el parto.

Esta "vacuna" no era más que la administración del compuesto V en docis concentradas, proporcionadas semanalmente por un equipo de científicos especialistas en la bioquímica.

Los meses pasaron y con la ayuda de vought, se le había proporcionado el compuesto y las vitaminas vitales para el desarrollo del bebé. La exposición al compuesto V consentrado en altas dosis debió haberla matado, pero había logrado tener la milagrosa coincidencia de compatibilidad con el químico, permitiéndole desarrollar super poderes y así soportar el embarazo.

El día del parto ella dio a luz a un niño aparentemente muerto, al cual los científicos de vought entregaron para que se encargara de su adecuada repulsión. Ella sin embargo, tomó el dinero para drogas y lanzó al niño a la basura, junto con aquel lote de desechos de la empresa de super héroes y desapareció.

Llegó a un punto de inflexión cuando ella, en un intento de suicidio, contactó con un joven Morrison, sobreviviente de un cáncer terminal que arrebato una parte de sus pulmones.

Entonces ella comprendió que debía cambiar. Arrepentida por el camino que llevaba, acudió a la única persona que podía ayudarla. Su padre.

Este le correspondió, y gracias a su intervención y la persistencia de su difunta madre, quien nunca perdió la esperanza, logró entrar en un programa de rehabilitación.

Durante su recuperación, comenzó a desarrollar la habilidad que había manifestado sus poderes, al que llamó Blood Beacon. Este poder la sorprendió al principio, pero con el tiempo aprendió a controlarlo y aceptarlo como parte de su nueva identidad.

Con su vida encaminada, se casó con un congresista influyente, que más adelante había descubierto ser aquel muchacho vencedor sobre el cáncer, y estableció una familia. Todo parecía estar mejorando, tenía una buena relación con su familia y había enterado su desagradable pasado como ex adicto. Había hecho las paces con el bebé que había muerto y que había tirado en aquel basurero, había empezado a ser feliz. pero la tragedia golpeó una vez más cuando su madre y sus preciados hijos fueron asesinados por un superhéroe, un miembro de los 7. Este evento la devastó, y el resentimiento hacia su padre creció enormemente. Lo hacía responsable de sus muertes, pues lo que había pasado había sido a causa de las represalias de vought ante los intentos de desprestigio por parte de su padre.

Ella se distanció de su padre, culpándolo en parte por la exposición al mundo de los superhéroes que había llevado a la muerte de sus hijos. Sumida en la depresión, comenzó a luchar con el alcoholismo, hasta el punto de experimentar una recaída que casi destruía su matrimonio, incapaz de superar su dolor. Ahora, su relación con su padre era prácticamente inexistente, y vivía en una constante lucha interna entre su dolor y su deseo de encontrar alguna forma de aliviar su dolor.