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Chapter 3 - Capitulo 2

Mientras nos movíamos lo más lento posible note que uno de mis compañeros hacia la seña de detenernos provocando una reacción en cadena donde todos nos tensabamos, al segundo siguiente señalaba el suelo donde aparecía unas huellas parciales que se estaban borrando por un pequeño flujo de agua que pasaba en esa parte por las filtraciones que entraban por la pared, pero había algo extraño el agua fluía hacia la luz como si tuviera una salida.

Era extraño que hubiera tanto barro como si estuvieran trabajando, porque este edificio en especial llevaba años abandonado era el hogar de ladrones, personas sin techos, drogadictos y hasta algunos adolecentes que se retaban para entrar como prueba de coraje.

Pero en esta parte en particular parecía que habían estado frecuentemente trabajando y esa extraña luz que parpadeaba a lo lejos, iba y venía como si estuviera en movimiento. De algo tenia completamente la seguridad que no había servicio eléctrico desde hace mucho tiempo, lo habían comprobado hace dos días porque decían que habían visto luces... ¿Como alumbraba esa maldita bombilla? pero esta zona no tenía electricidad por seguridad.

Entonces de adonde tomaba la electricidad esa maldita bombilla, mierda tomando su celular mando un msj a su jefe para que volvieran a comprobar lo de la electricidad…MIERDA algo estaba pasando y no pintaba nada bien.

Ese maldito sonido de goteo incesante lo está volviendo loco, cada vez era más fuerte con cada paso que daban como esos efectos de sonidos de las películas de terror viejas…de repente algo brillo en el suelo; al acercarse vieron que era una cadena que iba a lo largo del pasillo, con sumo cuidado la siguieron.

Hasta que estuvieron al frente de una puerta, comenzaron a revisarla, pero parecía que no tenía bisagras la empujaron, pero no cedía entonces Castella noto que la cadena estaba soldada a la puerta como si se tratara de una compuerta comenzaron a tirar de ella lentamente.

De repente comenzó abrirse como si fueran esos puestos elevadizos de la edad media, lo hicieron con sumo cuidado mientras cuatro de ellos se colocaban en posición para disparar, pero de repente vieron como cayó una flor al suelo como si les diera la bienvenida.

Sin previo aviso la luz que parpadeaba se detuvo y alumbro una parte alejada del cuarto donde vieron un viejo camastro donde parecía que había un bulto sucio…En ese momento todos al unísono contuvieron el aire.

El cuerpo siempre recuerda el arduo entrenamiento que tuvimos en la academia, así fue como a pesar del miedo y la incertidumbre nos movimos siempre alerta nuestros instintos estaban a tope esperando a reaccionar a cualquier señal de peligro.

Al acercarnos descubrimos que ese goteo incesante era producido del bulto caían lentamente gotas al suelo ya mojado, fue escalofriante al levantar la manta y descubrir lo que era ese bulto…que podrías vivir para prepararte para esa escena.

Nada en la vida podría prepararte para lograr contemplar esa atrocidad y menos superarlo, sería imposible para cualquier humano, pero gracias a los Kitas y Dios él no era una persona normal tanto que apenas contuvo el aliento cuando logro deslumbrar lo que los esperaba.

No siento mi primera vez, yo sería el único que podría enfrentar tal escena sin sentir que mi alma se destrozaba y eso que no teníamos visión total de lo que había pasado ahí, mi corazón y ser me gritaba que esto era solo una pequeña impresión de lo que descubriríamos en el momento que alumbráramos toda la escena.

Lo que no podía adivinar era que, al escuchar mi primera orden, sería el gatillo o cañonazo para que todos reaccionaran de una manera poco profesional de repente se escucharon suspiros, gritos, llantos, de repente varios compañeros corrieron hacia afuera donde se podía oír claramente como vomitaban, algunos que no habían entrado murmuraban e intentaban de contener su curiosidad.

Tomando una profunda inhalación tuve que gritar cállense todos los que no puedan contener sus emociones afuera; los de afuera comiencen acordonar la zona, los que están vomitando salgan de aquí de una maldita vez.

Cogí la radio de uno de mis subordinados y comencé a llamar a la estación para que mandaran refuerzos, pero aun podía escuchar como quejidos muy cerca de mí al ser la luz tan pobre y las linternas no podían alumbrar todo, no sabía de dónde venían entonces con impaciencia dije:

 – Les he dicho que se callen y se controlen.

Se hizo tal silencio, que se podía escuchar caer un alfiler hasta el punto que parecía que nadie quería respirar, pero ahí se volvió a escuchar el quejido y pequeños crujidos, que provenían de algún lado de esta habitación. Sería mi imaginación que buscaba como disculpar mi desinterés al realizar hoy mi trabajo.