Remia, Ajax, Escuela Secundaria de Ajax - 5 de Mayo - Año 512
Rhys Windsor se encontraba en la azotea del edificio escolar al que concurría desde hacía casi diez años. El aburrimiento le había ganado y ya no sabía qué hacer en su descanso de treinta minutos. Sólo mirar el cielo y despejarse un rato fue lo que se le ocurrió, y había encontrado el ambiente perfecto en lo más alto del colegio, el silencio del lugar sumado al hermoso clima y ambos acompañados por la brisa de primavera lo hacía sentir tan tranquilo, siempre que quería sentirse así, hacía lo mismo... Pero esa tranquilidad se derrumbó cuando Louis Tyson, uno de sus compañeros de clase, apareció en la escena.
—Windsor... ¿La has visto?
Esa pregunta se vio envuelta en una gran emoción de su parte... ¿Qué le sucedía?
—¿A quién? —Rhys preguntó, expresando su confusión en base a la actitud de Louis.
Él de por sí era un tipo muy exagerado, era bastante arrogante y siempre quería llamar la atención, quizás eso era sólo una más de sus excentricidades.
—A la chica nueva... Dicen que es una divinidad —Louis respondió.
Claro, Rhys ya entendía a qué se debía esa emoción.
—Ja... —chistó Rhys, bajando la mirada—. ¿Cómo se llama? —preguntó. con curiosidad.
No era que le importara mucho una chica nueva, por más hermosa que fuera, no se fijaba demasiado en las chicas del colegio, menos de su clase, aun teniendo tantas detrás suyo todo el tiempo. Tal situación era demasiado tediosa para sí mismo, no era como su amigo Jake, a quien le encantaba siempre estar con alguna que otra. Era más reservado, y el vínculo con una persona era lo que más apreciaba, como aquellos que tenía con su familia, su madre y hermanos mayormente, con sus únicos amigos, Jake y David... Y con ella... Quizás, la única chica que podía decir que le interesaba, y aunque no de manera romántica, Ashley era su mejor amiga, y dentro de todo, ella era quien más lo sostenía en la línea de la realidad... Esa que cada día parecía perder más y más.
—Lara Harch —Louis dijo.
Ese nombre.
«¿Harch?», pensó Rhys, intentando hacer memoria.
—Debe de ser alguna miembro del clan Harch, el de Fons, ¿Qué hará aquí en Remia? —preguntó, buscando razones.
—No lo sé ni me importa, lo que sí sé es que ella será mía —aseguró Louis
La seguridad que invadió esas palabras fue tanta que hizo reír a Rhys.
—No deberías decir eso de alguien que no conoces —respondió Rhys. Ya se había soltado de la barandilla en la cual había estado recostado, y se encontraba enfilando a la salida—. Tampoco creo que a alguien como ella le intereses —añadió, dirigiendo su mirada a Louis, con algo de desprecio.
—Soy millonario, guapo y soy el capitán del equipo de futbol, ¿Quién más sería si no? —preguntó el chico, con esa arrogancia que tanto lo caracterizaba, y que siempre hacía de uso cuando de lucir sus logros.
Rhys rio, bajando la mirada de nuevo. En sí, Louis no se equivocaba demasiado, en un estándar de belleza normal él sería considerado por encima del promedio... Sus largos y delgados ojos claros color ámbar, su pelo gris desordenado que por cierto le quedaba demasiado bien con su rostro delgado, sin contar su estatura, ciento ochenta y tres centímetros, era muy alto para apenas tener dieciséis años, y sí, Rhys lo sabía... Incluso aunque su personalidad fuera una mierda, Louis podría salir ganando perfectamente con cualquier tipo de chica.
Pero existía él, existía Rhys Windsor, y alguna vez pensó que nadie podría llegar a ser igual o más arrogante que él, por lo que sus siguientes palabras fueron una clase magistral de soberbia de su parte:
—Yo —respondió, con un marcado tono de superioridad—. Si hay alguien en este lugar por quien esa chica podría interesarse sería en mí, como todas las demás, y no en ti Louis... Lo siento si sueno brusco, pero todo de lo que te enorgulleces es lo mínimo que yo puedo hacer... ¿O acaso te olvidas que soy el príncipe del reino y a su vez el prodigio más grande de esta institución? —añadió, con ironía, antes de abandonar la azotea.
Louis quedó perplejo ante todo lo dicho por Rhys, él había visto esas demostraciones se soberbia por años, y siempre sucedía con él, sí que era alguien insoportable.
Más tarde...
Mientras estaba en el salón de clases, Rhys se encontraba mirando por la ventana con aburrimiento. Su única preocupación en ese momento era que la clase terminara para, al fin, poder salir de ese salón de clases e ir otra vez a la azotea.
Sus compañeros habían hecho un revuelo en el salón con la noticia de que una nueva compañera llegaría. Rhys todavía no la había visto, pero el rumor de que era hermosa, angelical, preciosa, divina y mil adjetivos más corría por todo el colegio.
Dio un vistazo a su lado y vio ese lugar vacío. Nadie se sentaba con él, los bancos eran de a dos, pero él era el único que se sentaba solo. Quizás porque la clase era impar, o quizás porque nadie se sentía a su nivel, aunque él siempre prefería pensar que era la segunda.
Antes de colgar su mirada por la ventana otra vez escuchó la puerta abrirse y los pasos de unos zapatos con suela de madera golpear fuerte el piso. Ese era su profesor, ya tenía muy en claro su forma de entrar a la clase.
—Silencio, la clase va a comenzar —dijo el profesor caminando de un lado al otro por el salón. Los gritos, cuchicheos, risas y ruidos se apagaron cuando este apoyó su libro con fuerza sobre el escritorio—. Bueno, hoy tendremos una compañera nueva en el salón... Lara, ¿Puedes pasar? —preguntó, señalando la puerta, y al instante una hermosa chica dio paso al salón.
—Te dije que era hermosa —susurró Louis detrás de él, con orgullo.
«Parece que no se equivocaba», pensó Rhys, sorprendido, sin quitarle la vista de encima a su nueva compañera.
—Hola, soy Lara Harch... Espero llevarme bien con todos —se presentó.
Luego de decir eso, mostró la sonrisa más hermosa e inocente que Rhys alguna vez vio en su vida... Su corazón no pudo evitar dar un vuelco, y su piel se erizó.
—Muy bien, puedes ir a tomar asiento al lado del señor Windsor —indicó el profesor.
Vaya, sabía que el momento llegaría. Y nunca había estado tan agradecido de que no fuera cualquier persona quien se sentara a su lado.
—¿Qué? Maldita sea.
Rhys escuchó la voz de Louis, levemente enojada, mientras protestaba. Lo miró de reojo con desprecio y en su rostro se dibujó una leve sonrisa... Su vida se estaba tornando aburrida, tener talento para casi cualquier cosa lo hacía perder el interés en todo lo que se propusiera, pero parecía que el destino le estaba dando una mano y viendo como Louis estaba tan seguro de poder conquistarla sólo pensó en lo divertido que sería truncarle sus planes.
—Hola... Permiso. —Ella caminó hasta su mesa y se sentó a su lado.
—Claro, Rhys Windsor... Un gusto —él la saludo luego de acomodar su asiento que estaba ubicado más para su lado.
—Lara Harch —ella replicó.
Hermosa, elegante, magistral, angelical, pura... No había palabras para describir su figura en tan solo algunos movimientos. Hasta su voz era dulce como el cantar de un ave, ella era un ser divino.
Analizando su figura, Rhys notó que realmente no habían exagerado con ella, por favor... Su cabello era de un color escarlata brillante, parecía estar adornado con rubíes, este llegaba hasta sus hombros. Tampoco podía dejar de admirar sus ojos, grandes y brillantes, de un color azul claro como el cielo, su rostro era el de una muñeca, perfecto... Sus grandes labios estaban abrillantados, cada que sonreía levemente el ambiente se volvía cálido y resplandeciente... Así que ella era Lara Harch.
Estuvo la clase entera anonadado con la belleza que se encontraba a su lado, no sólo era linda, incluso, aunque apenas se había unido ese mismo día, estaba siendo muy participativa en la clase, y sí que era asertiva, era una chica hermosa e inteligente, ¿Cuál sería su defecto?
Aunque, su principal pensamiento no tenía que ser ese... ¿Qué le estaba pasando? Rhys no tardó en darse cuenta que esos pensamientos que estaba teniendo no eran normales en él, incluso con chicas de su clase que entraban en la descripción de Lara no le pasaba eso... Ni con Ashley... Ni en el pasado, con Artemisa... Pero, ¿Por qué justo con ella? ¿Era su espíritu competitivo que sólo quería ganarle a Louis o era algo más?
Tal vez era... Eso.
Al final de la clase...
—Windsor, ¿Te vienes a la casa de Jake? Esta noche haremos una fiesta. —David caminó hasta su lugar y lo ayudó a levantar algunas sillas.
—No lo creo, David, esta noche tengo que ir con mi familia a una cena con algunos aristócratas... Tú sabes, cosas de políticos —respondió Rhys, metiendo sus cuadernos dentro de su mochila, al finalizar se la colocó en la espalda.
—Oh, ya veo... Bueno, pero si cambias de opinión recuerda que es en la casa de Jake, espero puedas ir.
David estaba demasiado insistente con ese tema, ¿Cuál sería la razón?
—Si, veré que puedo hacer, cualquier cambio les aviso.
—Entiendo —dijo David dirigiéndose a la salida, aunque antes de abandonar el salón se paró en la puerta—. Oh... Lo olvidaba, creo que irá la chica nueva, parece que Ashley ya la convenció... Vi que estuviste toda la clase mirándola como un tonto, quizás te interese —bromeó.
Claro, Rhys se dio cuenta al instante tan solo escuchar lo que su amigo le dijo, esa era la razón por la cual estaba tan insistente. Aunque comprendió fácilmente su actitud, él no había sido nada disimulado mientras miraba a Lara.
—Ja... Parece que sí, pero bueno, lo confirmaremos esta noche —respondió Rhys, comenzando a caminar hacia la salida también—. Nos vemos luego, David —añadió al pasar al lado del chico, y abandonando el salón antes que él.
En la noche...
Remia, Ajax, Residencia Lauren - 5 de Mayo - Año 512
—Así que eres de Fons... Parte del clan Harch, ¿No es así? —preguntó Ashley.
Al parecer, la fiesta se había convertido en un interrogatorio hacia Lara, ya que todos los invitados se encontraban alrededor de ella haciéndole todo tipo de preguntas. Para ella era algo incomodo, aunque podía llegar a comprenderlos, después de todo, era la chica nueva, fue la chica nueva muchas veces, pero cada que se cambiaba de colegio eso que le estaba pasando en ese momento, sucedía, y con cada vez que pasaba otra vez se volvía más y más abrumador.
—Emm... Sí, soy parte, mi padre es el dueño de la Corporación Harch... Soy la marquesa de Koella también, es un título hereditario, aunque no me considero parte de la nobleza.
Ella era algo tímida cuando de nuevas personas se trataba, por eso intentó no expresarse más, quizás sí sólo daba respuestas claras el interrogatorio terminaría rápido.
—Eso es increíble, ¿Acaso la empresa se ampliará para estas zonas? Los productos Harch son la mejor tecnología actual —dijo Louis, ¿Emocionado?
En realidad, no lo estaba tanto, sólo estaba intentando sorprender a Lara. En ese momento en el que Rhys no se encontraba cerca tenía el campo libre y lo único que se le ocurrió fue demostrar interés en lo que ella decía... Demasiado obvio.
—Por lo que sé, sí... Mi padre ha venido a invertir en la nación, por eso nos quedaremos tres años hasta que las obras y negociaciones finalicen —respondió Lara, alejándose un poco de Louis, quien cada vez más se acercaba a ella. Ya estaba comenzando a invadir su espacio personal... Y eso hacía que todo se volviera incluso más incómodo que antes.
—¡Ey chicos! Miren quien ha aparecido por aquí.
Todos dejaron de lado a Lara cuando la voz de Jake se escuchó fuerte en la habitación, para seguido de eso entrar en escena junto con Rhys.
Ella agradeció más que nunca que otra persona que haya tomado la atención, y se recostó en el sillón mientras suspiraba de alivio.
—¡Windsor! Viniste. —David saltó detrás de él luego de venir corriendo desde la cocina.
—Aja, pude convencer a mi padre para que me dejara retirarme de la cena temprano —respondió Rhys, colgando en el perchero el abrigo que se había quitado con anterioridad—. Por cierto, ¿Qué hacían todos en una ronda? —preguntó, señalando a todos los invitados con confusión.
—Estábamos conociendo a la compañera nueva, supongo que ya sabes quién es —respondió Ashley, inclinando su cabeza hacia Lara.
Ella apenas esbozó una tímida sonrisa cuando la mirada de Rhys se fijó en ella. ¿Ojos verdes? Le parecieron muy bonitos.
—Oh, sí, Lara Harch, mi nueva compañera de banco... No sé si recuerdas mi nombre, Lara, te lo dije hoy en la mañana, pero soy Rhys Windsor, mucho gusto. —Él se acercó y le tomó la mano, con confianza, para luego dirigirle una sonrisa.
—Sí, recuerdo tu nombre, y también he escuchado mucho de ti, Rhys... Un gusto conocerte igualmente. —Ella le devolvió la sonrisa, y se dio cuenta que por primera vez en la noche no se sintió incómoda... En la educada actitud de Rhys se escondía una extraña forma de hacerla sentir grata con su presencia.
—¿Escuchado mucho? Espero hayan sido cosas buenas —bromeó él, mirando a todas las personas a su alrededor.
Extrañamente nadie le siguió el juego, sólo vio varias miradas inconclusas, mirándose entre ellas con confusión, o incomodidad tal vez... ¿Qué había pasado?
—Claro... Cosas buenas. —Lara bajó la mirada, había vuelto la incomodidad, ¿Y cómo no hacerlo? Si le había mentido en la cara.
Horas antes...
—Así que este chico... Rhys Windsor, ¿Qué me pueden decir de él? Parece ser alguien importante dentro de la institución, todo el mundo lo conoce, y además, por lo que me dijo mi padre, su apellido es famoso en la nación.
Ella se había dado cuenta de eso en la mañana mientras daba vueltas por la institución, cuando cruzaba algún grupo de estudiantes siempre escuchaba su apellido, además de ver varias fotos de él colgadas por los pasillos, con varios trofeos o reconocimientos... Le interesó un poco su estatus luego de eso.
—Oh, Rhys, él es el príncipe del reino, el hijo del Primer Ministro y la líder del clan Windsor, es algo así como alguien «intocable» en esta nación... También es un genio, el mejor estudiante de la institución, tiene logros en casi todas las disciplinas y es el chico de oro de nuestra generación... Incluso sin ser de esta, ya que es un año menor a todos nosotros, el año pasado lo adelantaron de clase gracias a su gran nivel académico.
Lara notó que la admiración que Ashley desplegaba mientras lo describía era evidente... Sus ojos hasta brillaban cuando hablaba de él.
—Ya veo, es incluso más interesante de lo que pensé.
Así lo era, se llevó una gran sorpresa al saber que había alguien capaz de todo eso en el mundo, de todos los lugares en lo que estuvo y de todas las personas que conoció... Rhys Windsor era el que más resaltaba entre todos, y lo confirmó con sólo una breve descripción de su persona... Así que eso era ser alguien «especial».
—Que no te engañe su apariencia ni lo que los demás digan de él, Lara... Rhys, aunque sea todo eso, también es alguien demasiado insoportable.
Esta vez la voz vino de su derecha... Era él, Louis, ella lo miró de la misma forma que todos los estaban mirando, asombrada de lo que acababa de decir.
—Louis, no deberías decir eso de un compañero de clase, y menos cuando él no está aquí, díselo cara a cara cuando venga. —Jake se acercó a él luego de esos dichos, y se paró a su lado, el desprecio a su acción se demostraba con su marcado tono de voz, estaba siendo bastante demandante.
—Pero ella preguntó por Rhys, yo sólo le voy a decir como es... Mira Lara, Rhys es un tipo egocéntrico y narcisista, se cree único en el mundo, y seguramente si se junta contigo es porque ve que puede sacar beneficio de esa relación, en pocas palabras, un parásito. —Sin mucha importancia a lo que Jake le dijo, Louis siguió con su ofensa hacia Rhys.
—Emm, no lo sé, no creo que pueda sacarme demasiado beneficio a mí, después de todo el príncipe de la nación es él, seguramente tiene todo lo que quiere en la palma de su mano... Al lado suyo sólo soy una hormiga hablando de influencia —respondió Lara, quitándole importancia a lo que el chico había dicho.
Incluso si Rhys llegaba a ser todo eso, la acción de Louis era muy indigna, hablar así de alguien que no estaba presente no era lo correcto... Pero Lara no le quiso seguir la corriente, ella todavía no conocía a Rhys y prefirió darle el beneficio de la duda, ya que Ashley y Jake, que parecían ser personas más cercanas a él, dijeron todo lo contrario a Louis... Eso era sólo una prueba de que quizás este estaba equivocado.
—Ey Louis, ven —Jake lo llamó.
Abandonó la habitación rápidamente, Louis se quedó mirándolo incrédulo, pero le hizo caso y lo siguió, abandonando la habitación también.
—Jake estaba molesto —declaró Ashley. Se había quedado con su mirada concentrada en esa puerta de salida por la que se habían ido los dos chicos.
—¿Sí? —preguntó Lara.
—Rhys es su mejor amigo, y le tiene un gran respeto y admiración... No le gusta que hablen de Rhys de esa forma, espero esto no desemboque en una pelea, Louis le ganaría, y si Rhys se llegara a enterar que Louis golpeó a Jake... No se contendría contra él —explicó Ashley, un poco preocupada, aunque también con su voz ligeramente palpitando.
«¿Tiene miedo?», pensó Lara.
—No creo que peleen, es la casa de Jake, si algo pasara Louis sólo se iría —supuso Lara.
—Espero que sí... Nadie quiere que esto termine mal.
Mientras tanto...
—Dime, Lauren. —Louis apareció detrás de Jake luego de unos segundos.
—Será mejor que dejes de hablar de Rhys de esa forma... No está bien lo que haces —recomendó Jake. Estaba de espaldas a Louis, parado casi en el borde de la alberca de su casa.
—¿Cuál es el problema? —preguntó Louis.
—¿Realmente me lo estás preguntando? —Jake se dio la vuelta, sería mejor que Louis se lo tomara con seriedad, era obvio que sólo se hacía el gracioso a sus espaldas.
—Sí, a ti también te cae mal Rhys, no te hagas —señaló Louis.
—¿Qué estás diciendo? —preguntó Jake, indignado.
Rhys era su mejor amigo, su único mejor amigo. Conocía cada una de sus facetas, aquello que hacía mal y que no aceptaba, aquello que siempre le remarcaba, así como sus miles de virtudes y prodigiosas habilidades. Rhys muchas veces le dijo que él era su voz de la razón, algo así como la brújula moral que lo guiaba en situaciones donde su ego nublaba su conciencia. Le gustaba ser eso para Rhys, porque sabía que a Rhys le gustaba de la misma manera sentirse más ser humano que figura simbólica, como todo el mundo lo veía... Ese chico inalcanzable, casi como un mártir, un dios... Pero no era así, era tan normal como cualquiera de ellos, y aunque entenderlo era complicado, al conocerlo totalmente, podías saber maravillas de Rhys Windsor.
Eran años de amistad, de buenas, de malas, de extrañas. Y él había estado a su lado en muchas de las situaciones más importantes de su vida, de su corta vida de apenas dieciséis años. Y si una persona era capaz de estar a su lado, sin importar el contexto, las consecuencias, las causas, o los motivos... Esa persona era invaluable... Y esa persona era Rhys... Por eso jamás iba a permitir que un cualquiera se pasara con él, y soltara cosas de las que no tenía ni idea... Jamás lo iba a permitir.
—¿Acaso me equivoco? —Louis preguntó, reticentemente.
—Sí, Rhys es de las pocas personas, por no decir la única, con la cual me llevo bien, que sea alguien algo orgulloso y engreído no quita que haya personas a las cuales les caiga bien... Ashley, David y yo somos algunos ejemplos.
—Ashley sólo quiere salir con él, a David le cae bien todo el mundo, y tú... —paró antes de decir algo más y terminar haciendo el problema aún más grande de lo que ya estaba comenzando a ser.
—¿Que dirás de mí? —Jake le consultó, notando que evitó seguir con su discurso.
—Nada... Después de todo eres a la única persona que Rhys Windsor respeta. —Louis le quitó importancia, y negó con la cabeza en acompañamiento de sus palabras.
—Me respeta porque sabe que no soy un hipócrita.
—¿Me estás diciendo que soy un hipócrita? —Louis casi se sobresalta con su pregunta.
—Tú lo asumiste Louis, yo no dije nada —respondió Jake, dándose la vuelta. Volteó una última vez antes de volver a entrar a la casa—. Será mejor que no hables más de Rhys, no te estoy diciendo que se lo contaré, pero no soy el único en la fiesta, y tú sabes que si Rhys se entera estarás en problemas. —Y así, entró de nuevo a la casa, y dejó a Louis afuera, solo.
—Así que estaré en problemas, eh... Vete a la mierda, Jake Lauren. —Louis se mordió el labio de la furia—. Ya veremos qué tan competente eres, Rhys Windsor.
Presente...
—¿Algún problema? ¿Por qué todos me miran extrañamente? —Rhys notó como nadie le quitaba la mirada de encima, eso además de hacerlo sentir algo incómodo, lo confundió.
—Por nada, Rhys, deberías de unirte a nosotros, Lara nos está contando algunas cosas sobre ella. —Ashley desvió el tema e hizo un lugar en el sillón en el que ellas estaban sentadas.
—No es necesario, Ash, creo que primero iré a comer algo... Jake, ¿Me acompañas a la cocina? —Señaló la puerta a sus espaldas.
—Sí, claro... Ahora venimos. —Jake se unió a Rhys y ambos se dirigieron hacia la cocina.
—¿Te llama por un diminutivo? Parece que tienen confianza —preguntó Lara.
Ya lo había notado, incluso a ella también se le había ocurrido llamarla de esa forma, pero aunque Ashley hubiera sido la persona con la que más había hablado desde que estaba en Remia, no tenía esa confianza todavía.
—Nos conocemos hace muchos años, y se acostumbró a llamarme así —respondió Ashley, con una sonrisa—. Y en realidad no es que tengamos confianza, si no que Rhys es mi mejor amigo —añadió.
—Oh... Ya veo, creí que... —Lara quiso comenzar.
—Sí, creíste que éramos novios, ¿No? —Ashley la interrumpió, y bajó la mirada luego, pareciendo querer negar la situación.
—No quería desubicarme... Pero sí, eso es lo que pensaba. —Lara desvió su mirada y automáticamente sus ojos se dirigieron a Rhys, lo vio sentado en un taburete a través de la puerta de la cocina—. ¿Entonces no tiene novia? —indagó, queriendo saber más.
—Para nada, aunque es demasiado popular con las chicas, no parece que tenga interés en alguna —respondió Ashley.
—¿Ninguna? ¿Nunca? —Lara la miró sorprendida.
Enterarse de eso le dio una sorpresa gigante, incluso más que saber de todo lo que Rhys era capaz. Principalmente por su apariencia, y el esquema que se había hecho en su cabeza en base a lo poco que lo había visto y había oído de él.
Lo que más resaltaba de él era su elegancia y atractivo físico, ya con eso debería ser suficiente para que tuviera un séquito de chicas detrás de él... Incluso que tuviera novia.
Rhys era muy guapo, tenía un gran porte, era alto, posiblemente superaba los ciento ochenta centímetros... A los quince años... Tenía su cuerpo definido, probablemente gracias a su faceta deportiva, no tenía mal gusto cuando de moda se hablaba, era simple pero eficaz, un pantalón de vestir ajustado, color negro, botas de tacón color marrón oscuro y una camisa blanca, típica ropa formal, aunque tal vez estaba vestido así porque venía de una cena con su familia... Pero dejando de lado su estilo, obviamente lo más atractivo de él era su rostro. Tenía unos brillantes ojos verdes afilados, con largas pestañas, su cabello era algo ondulado, pero estaba peinado hacia el lado izquierdo y un mechón caía por este lugar también. Mirándolo con más concentración notó sus pequeños labios y nariz, su rostro era delicado, demasiado para ser el de un hombre... Lara se dio cuenta rápidamente que incluso se volvía cada vez más hermoso analizándolo todavía más... Era extraño. E hipnotizante, casi cautivador.
—En realidad hay muchos rumores... Algunos dicen que salió con todo el equipo de básquetbol femenino, otros que en realidad sólo sale con chicas mayores, pero la hipótesis más aceptada dice que la chica que le gusta no viene a este colegio... Realmente alrededor de él sólo existen incógnitas —dijo Ashley, uniéndose al análisis de Rhys.
—Wow... No creí que alguien como él tuviera esos rumores a su alrededor, no parece importarle de todas formas —señaló Lara.
—Es que él es bastante egocéntrico, Louis tenía un poco de razón hoy, pero aunque sea así, no tiene ese tipo de actitudes hacia los demás, Rhys no es una persona que se acerca a otra por beneficio... Él es más conservado en ese sentido, creo que después de todo es al revés.
Ashley sabía que él tenía poco amigos. De los que conocía eran sólo Jake y ella. Todos los demás sólo eran estándares que alimentaban su figura de intocable... Muchas veces él le dijo que lo hacía sólo para asegurarse de que en el futuro cuando fuera el rey pudiera asentarse en su puesto con firmeza, con su reputación ganada... Pero ella no lo tenía muy en claro, no se sentía segura, porque lo conocía hacía mucho, y había visto el cambio que él había obtenido con el paso de los años, y aunque no le gustara pensar que su propio ambiente lo estaba consumiendo... Tal vez era verdad... Tal vez ese pensamiento no era bueno para Rhys... Tal vez... Cada vez iba a encerrarse más y más en su burbuja... Hasta que ya no le quedara nada más que sí mismo... Hasta que ya no tuviera salvación.
«Otra vez pensando esas cosas, Ashley», ella intentó borrar eso de su mente. Lara ayudó con esas palabras que la volvieron a la realidad:
—No me sorprendería... Sí que es alguien muy interesante.
Lo miró de reojo de nuevo, y sorpresivamente la atrajo su persona. Desde ese momento sólo quería saber la respuesta a la pregunta que se formuló en primer lugar, con todo lo dicho por los chicos, por lo poco que vio... ¿Qué hacía a Rhys Windsor tan especial?
Mientras tanto, en la cocina...
—¿Se lo dijo a Lara Harch? —El tono enojado de Rhys se hizo notar en esa pregunta.
Jake terminó por contarle todo lo sucedido con Louis antes de que él llegara, y no se lo tomó muy bien.
—Sí... Le dije que no te diría nada, pero no te voy a mentir, Rhys... Es Louis, y sabes cómo es —respondió Jake, caminando hacia el refrigerador.
—Sé cómo es... No puede ser que haya dicho eso sin siquiera conocerme, además, ¿Por qué decírselo a ella? Entiendo que quiera salir con la chica, y que tenga esas inseguridades que no le permiten hacerlo sin antes querer mostrar algo de él que no es así, pero yo no tengo nada que ver, ¿Qué le sucede? —Rhys continuó haciéndose esas preguntas, aun con más confusión.
—¿Seguro? —preguntó Jake, volviendo una bandeja de aperitivos que dejó sobre la mesa.
—Sí, ¿Por qué no lo estaría? —respondió Rhys, con seguridad.
—A Louis le molestó que ella preguntara mucho sobre ti hoy, quizás pensó que está interesada en ti y no en él, sabes que no le gusta perder —comentó Jake.
Rhys tomó un bocadillo y se quedó en silencio, analizando la respuesta de Jake mientras comía... Así que Lara había preguntado por él, eso sí le pareció extraño.
—No estamos compitiendo Jake... En primer lugar, él ni siquiera podría hacerlo conmigo, pero para que se quede tranquilo, yo no estoy interesado en ella... Ni siquiera sé realmente quién es, sólo me parece una chica linda y listo, me propuse intentar rivalizar contra él en esto, pero luego de analizar bien la situación me di cuenta de que es una estupidez, además de que estaría jugando con la chica... Creo que no podría interesarme cuando apenas la vi por cuatro horas.
Las palabras de Rhys fueron claras, y Jake las aceptó, aunque notó como su amigo dirigió su mirada a la izquierda, el mismo lugar en el que estaba ubicada la puerta que daba visión hacia una parte de la sala, específicamente hacia el sillón de esta. Donde Lara estaba sentada mirándolo a él. Ahí cruzaron miradas
—De todas formas, no ha dejado de mirarte, ¿Por qué no vas y hablas con ella? La única forma de saber quién es y que te interese es conociéndola —dijo Jake, intentando animar a su amigo.
—No lo creo, ahora mismo está con Ashley y no quiero hacerla sentir mal —respondió Rhys, devolviendo su mirada hacia adelante. Jake volvió a acaparar su vista.
—¿Y eso que tiene que ver? —inquirió él.
—¿Qué acaso no te has dado cuenta? A Ashley le gusto, hace muchos años de hecho, no es un secreto, y que vaya a hablar con Lara ignorando el hecho de que ella está ahí, a su lado, la hará sentirse mal... No quiero que piense que soy una basura y un mujeriego —dijo Rhys. Notó como Jake rio ante su última aclaración—. Con todo respeto a los mujeriegos —bromeó.
—Eres bastante ocurrente, Windsor —rio Jake—. Pero no me cambies de tema... Entiendo a lo que te refieres con todo ese tema con Ashley, pero no te vas a sentir limitado por cada chica a la que le gustes, si así fuera no podrías relacionarte con nadie.
—Es diferente, ninguna de las otras chicas a las que le gusto es Ashley, y en cierto punto no quiero lastimarla, después de todo sigue siendo mi amiga... Mi mejor amiga.
—Rhys, somos adolescentes, nadie se toma en serio una relación a los dieciséis años, creo que Ashley pronto madurará y entenderá que a veces lo que sentimos no es correspondido... ¿Cierto? —preguntó Jake.
«Ella lo sabrá, así como lo sé yo», pensó.
—Eso no quita que la voy a hacer sentir mal igualmente... Quizás espere algunos días, meses incluso, el año apenas comienza, y tengo mucho tiempo de sobra para conocerla —respondió Rhys, luego de terminarse todos los bocadillos de la bandeja.
—Si tú lo dices... Sólo espero que no te arrepientas luego, Rhys —procuró Jake.
—No lo haré, Jake... Nunca lo hago. —Lara lo miraba, preguntaba por él y se notaba interesada... Quizás sólo era un interés inicial en base a todo lo que le habían dicho de él, luego con el paso del tiempo se esfumaría y ella solo pasaría a ser parte del conglomerado de chicas del colegio que no le interesaban... Así que en ese momento recordó la frase de su hermano menor, Demian—. Tiempo al tiempo, Jake... Pronto llegará la respuesta.