La rama tiembla en mi mano mientras trazo el intrincado patrón sobre la tierra expuesta. Gotas de sudor perlan mi frente a pesar del frío en el aire. Nunca he hecho algo así antes, pero el Grimorio me guía paso a paso.
Primero, un runa.
Luego, vincular los cuatro elementos.
—Mantenlo firme, Vester —murmuro, echando un vistazo hacia él. Él está sosteniendo el Grimorio abierto, siguiéndome cuidadosamente alrededor del círculo sin pisar mi trabajo.
Lo estás haciendo bien, la voz del Grimorio resuena en mi mente. Recuerda, la precisión es clave.
Asiento, concentrándome de nuevo en la tarea que tengo entre manos. La runa es compleja, toda líneas curvas y ángulos agudos. Un error podría volverlo todo inútil. Sin presión, ¿verdad?