—La Hermana Miriam no acompaña a Selene —gracias a Dios—, porque mientras convencí a Lucas de que se vistiera, la habitación huele a sexo y feromonas.
—El celo bajo mi piel se ha disipado, sin embargo. No estoy segura de si eso es normal o si lo peor está por venir. De cualquier manera, con mi cuello marcado por Lucas, al menos ya no soy un peligro para los otros cambiaformas. Mis feromonas ahora solo deberían afectar a mi compañero.
—El alivio de ese conocimiento me ha hecho sentir los hombros mucho más ligeros; no me había dado cuenta de lo estresada que la idea del celo me hacía sentir todo este tiempo.
—Al ver la forma plateada de husky de Selene deslizarse por la puerta, mi corazón está a punto de estallar. Su presencia en mi mente es grandiosa, pero su presencia física alivia algo dentro de mí.