Magíster Orión junta sus manos frente a él y sonríe en mi dirección. —Y ahora, te tenemos a ti, Ava Grey. El primer mago en mucho tiempo.
Sintiendo la intensidad de su mirada, cambio mi peso, acomodándome un poco más en mi silla como si eso de alguna manera me protegiera de su entusiasmo. —No quiero que me veas como algo especial. Solo soy yo.
—No puedes escapar de ser especial, Ava Grey —él suspira—. Es lamentable, pero nunca podrás escapar de eso. Incluso sin tu magia, estás emparejada con un alfa, ¿correcto?
Asiento con la cabeza.
—Entonces ya eras especial desde el principio —él extiende sus manos con una pequeña encogida de hombros—. Tu magia es como confeti en un pastel.
¿Confeti?
Oh. Debe querer decir sprinkles.
—Los sprinkles son asquerosos —señalo.
No lo son. A mí me gustan. El susurrito de Selene en mi mente hace que frunza el ceño.