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—La runa de agua nada ante mis ojos, sus curvas y líneas se desdibujan mientras intento enfocar. Sin embargo, mi mente tiene otros planes. Vaga hacia Vanessa, su dulce sonrisa mientras hablaba de Vester. El dolor en su voz. El anhelo.
Ahora conozco esa sensación muy bien.
—Lucas. ¿Dónde está? ¿Está seguro? ¿La manada está a salvo? ¿Tendremos más rituales funerarios? ¿Está la gente sufriendo? ¿Están nuestros hospitales desbordados?
—Tu cerebro es tan ruidoso que no puedo dormir —la voz de Selene corta mis pensamientos en espiral.
—Ah, lo siento mucho —rodando los ojos a su yo inexistente, sabiendo que puede sentirlo, respondo mentalmente de forma irónica—. Déjame sólo bajar el volumen de mi ansiedad para ti. No querría perturbar tu descanso de belleza.