Aterrizando en White Peak me invade una sensación de pavor, pero esta vez Selene se sienta entre mis rodillas, apoyando su cabeza en mi muslo durante el descenso.
Es suficiente para mitigar el pánico que fermenta en el fondo de mi mente. Los recuerdos de Phoenix arrastrándome a casa.
Lucas hizo algo, no estoy seguro de qué, que tiene a todas las azafatas tratándonos con mucho cuidado y permitiendo que Selene esté en la cabina a pesar de no tener documentación que demuestre que está vacunada.
Aunque explicarle las vacunaciones a Selene fue divertido. Nunca la retuvieron lo suficiente en Control de Animales para recibir un tratamiento veterinario de verdad.
Al parecer, los Lycans no contraen esas enfermedades menores que sí afectan a los perros domésticos. Pero una vez que entramos en ese tema, tuvimos una pequeña discusión sobre si su cuerpo actual es de Licano o de perro, y ahora no me habla dada su ofensiva por mi atrevimiento al cuestionarlo.