—Entonces, ¿qué tal te va con el entrenamiento? —pregunta él, tomando un sorbo de su bebida. El olor a cerveza me da ganas de vomitar, pero trato de ignorarlo. —Amara es dura, pero es la mejor.
Me encojo de hombros, sintiéndome un poco más cómoda ahora que estamos en terreno conocido. —Es difícil —admito—, pero estoy aprendiendo mucho. Amara no se la toma con calma con nadie. Aprecio eso. Siento que así avanzo más rápido.
Brendan asiente, su expresión simpática. —Sí, ella puede ser brutal. Pero tienes razón, al final vale la pena. Serás una auténtica dura cuando termine contigo.
No puedo evitar sonreír ante eso, imaginándome como una especie de princesa guerrera. Parece ridículo, dada mi situación actual, pero es un pensamiento agradable de todos modos.
—No sé si tanto —digo, negando con la cabeza—. Me conformaría con poder defenderme, al menos.