Las personas y el doctor temblaron mientras estaban rodeados de hielo, y cuchillas afiladas amenazaban con decapitarlos en cualquier momento.
Los generales y otros intentaron usar sus habilidades, pero las cuchillas se movieron medio centímetro más cerca de su piel, haciéndoles congelarse.
Medio centímetro quizá no signifique nada para algunos, pero bien dirigido, también podría golpear una vena importante y matar a la gente.
—¡No puedes hacer esto! —gritó el doctor, mirando a Khalifa—. ¡No lo hagas!
El doctor se sobresaltó al encontrarse con los ojos de Khalifa, haciendo que algunos de los picos afilados se incrustaran un poco en ella. Gritó de terror.
—¡Asesina! —gritó, casi como una arpía—. ¡No puedes matar gente así!
—¿Quién dice que los mataré? —ella preguntó, pero sus picos de hielo no se movieron ni un centímetro.
Luego se giró y miró a Ryo y al General—. Dejarlos aquí es peligroso. Podrían comenzar golpes de estado.