—¡Aterriza el helicóptero en la superficie más cercana! ¡AHORA! —gritó.
—¡Dile al otro helicóptero que haga lo mismo!
Kaize lo miró. En todos sus años de conocer a ese imbécil, nunca lo había visto tan pánico.
Hugo definitivamente no quería esas miradas confusas en este momento.
Los pocos segundos de miradas intensas irritaron mucho a Hugo. —¡HAZLO! —gritó—. ¡Hay una bomba!
—¿¡QUÉ!?
Inmediatamente, el helicóptero dio un viraje brusco. Sorprendió a los demás pero rápidamente siguieron cuando Kylo les pasó la noticia por radio.
Encontraron la azotea más amplia cercana, saltando hacia abajo tan pronto como pudieron.
El otro helicóptero hizo lo mismo, sin perder más tiempo para llegar a la seguridad. Desafortunadamente, todavía llegaron demasiado tarde.
Antes de que ambos pilotos pudieran bajar, ambas máquinas explotaron. Ocurrió rápido y hasta el pobre Kelvin fue destrozado a la mitad.
—¡Mierda!