Con esa decisión, los hombres procedieron a prepararse para la misión. Kylo fue a preparar la mano de obra y algunas armas, Hugo preparó el helicóptero y las pistolas de plasma, mientras los demás se ocupaban de los recursos que necesitaban llevar.
Mientras los otros salían, Khalifa miró a Jojo, quien también estaba a punto de irse. —¿Dónde está Sid? —preguntó ella.
El chico se estremeció al girarse hacia ella, sonriendo incómodo mientras miraba alrededor. Cauis, que justo salía, se detuvo y caminó delante de ella.
Alzó la mano y le acarició la cabeza. —No te corresponde a ti consolarlo —dijo con suavidad.
Ella lo miró y parpadeó adorablemente. —Bueno, debe sentirse culpable, como tú lo hiciste —comentó con inocencia.
Cauis frunció los labios pensativo. Suspiró al final, girando la cabeza para mirar a Jojo. —Llámalo aquí, deja que Khalifa hable con él —ordenó.
—¡A-Ah, sí! —respondió el chico—. Y corrió a buscar a Sid que se debatía en la desesperación en algún lugar.