Matteo se quedó paralizado mientras veía a Stella caminar hacia él en un traje que amenazaba con desbordar sus sentidos. Llevaba un vestido abotonado de látex negro con vuelo y mangas largas recogidas para mostrar solo la mitad de sus antebrazos, y cuellos anchos desplegables que imitaban la chaqueta de un traje.
Su área del pecho estaba ligeramente revelada, pero de alguna manera, no dejaba ver escote alguno de las cimas de su busto. Solo el hinchazón a través del vestido, que enfatizaba correctamente su atractivo natural, dejaba claro que tenía los senos más hermosos que cualquier hombre desearía sentir más que ver.
Mientras caminaba, sus suaves piernas se revelaban en la abertura que comenzaba desde su rodilla, pero eran los tacones con tiras negras los que marcaban la diferencia. Lo hacían agradecer al cielo por su creador, pues llevarlos le daba a sus pasos el énfasis de una seductora natural.