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—Abriendo las piernas de la mujer, Greyven levantó su falda y se quitó las bragas húmedas y las lanzó a un lado —exponiendo la impresionante vista que pertenecía únicamente a la mujer ante sus ojos.
—Los labios rosados de su coño estaban embadurnados de lujuria cristalina, y el pequeño bulto en la parte superior estaba erguido e invitando —esta fragante y erótica escena estimuló a Greyven hasta casi hacerle brotar un sangrado nasal.
—Resistiendo el impulso, él separó sus labios vaginales con dos dedos y exploró en su interior con uno —apenas un poco adentro y no podía ir más lejos.
—Tan ajustado...
—Mirando el ceño fruncido de Anastasia, Greyven se congeló —¿no será que esta mujer es realmente una polluelo? Era tan ajustado que ni siquiera un dedo podía entrar, cuanto menos la vara de un hombre. ¿Cómo se puede follar esto?