Dos días después de la ceremonia de coronación, todo volvió a la normalidad, pero los nobles tenían miedo en sus corazones.
Y el miedo llevó a la ira.
En silencio, los nobles empezaron a reunirse en secreto para hablar sobre el liderazgo del nuevo Monarca, especialmente sobre Rosina. Esa rebelión silenciosa estaba liderada por la Manada Mística, ya que su hija había sido avergonzada en público, y querían venganza en el futuro.
Para entonces, Draco ya había pensado en el próximo movimiento del enemigo, pero quería que ellos movieran su ficha primero para contraatacar y destruirlos.
Mientras tanto, Draco quería concentrarse en mantener a Rosina a salvo. Sabía que ella era capaz de hacer las cosas a su manera, pero después de conocer todos los esfuerzos que hizo por él, Draco quería que ella dependiera de él.