Natale y Draco se acomodaron a dos metros de la mesa de tortura, donde al final estaba Cleto siendo manipulado por el Gamma y el Delta.
—¿De qué quieres hablar? —preguntó Natale con un profundo suspiro. Sus ojos no dejaban de ver a Cleto mientras mantenían contacto visual.
—Verás, la Manada Beloric visitará esta manada mañana para ver qué está pasando con los preparativos de la guerra. Después de todo, ellos son la próxima manada que atacará a la 13.ª manada si Palecrest se supone que pierda la guerra —explicó Draco y observó a Natale reírse.
—Ya perdimos —afirmó Natale mientras sacudía su cabeza divertida. De alguna manera, sintió su pecho aligerado ya que no necesitaba estar siempre a la defensiva. Ver que Cleto estaba atado era suficiente para que pudiera respirar aliviada.