Rosina cruzó las piernas al sentarse en el sofá con un lobo muerto en el suelo en la sala de estar. Frente a ella estaba Draco de pie, mirándola.
—¿Por dónde empezamos? —preguntó Rosina con una ceja fruncida, indicándole a Draco que empezara a explicar lo que había sucedido.
—Bueno, es sencillo —Draco se encogió de hombros y se sentó frente a Rosina. Ambos ignoraron los cuerpos muertos cercanos como si no fueran más que simples adornos.
—¿Y qué es? —Rosina levantó una ceja.
—Hmm, he hablado con Bertrando y Cirino sobre ti. Nos preocupa tu bienestar por ir sola. No sabemos cuáles son tus planes. Aparte de eso, ya que la 12.ª manada nos atacará, decidimos atacar primero sin advertencia previa —Draco declaró con orgullo mientras observaba cómo los labios de Rosina se apretaban en una línea delgada.