—Eres realmente algo... —Lucía murmuró mientras negaba con la cabeza divertida.
—Jaja —Gastone soltó una carcajada—. Soy un caballero, Lucía.
Lucía apretó los labios mientras intentaba pensar qué hacer a continuación. Su cuerpo se calentaba más al pensar en su experiencia en las manos de Gastone. Lo que ella no sabía, es que sus ojos lo delataban mientras miraba el bulto de Gastone.
—Entonces... ¿puedo hacer lo que quiera? —Lucía preguntó para asegurarse de que Gastone no se quejaría después.
—Por supuesto, si eso es lo que quieres —Gastone respondió de manera insinuante.
Lucía exhaló profundamente. Se sentía avergonzada, pero su cuerpo gritaba por un desahogo. Lucía agarró la camisa de Gastone y lo arrastró hacia su mesa de oficina. Lo empujó hasta el borde mientras lo miraba a los ojos.
—Olvidé lo que quería decir, pero esto podría ayudarme a recordarlo —Lucía susurró mientras inclinaba su cabeza. Devoró el cuerpo de Gastone con sus ojos mientras su lujuria aumentaba.