Gastone caminó hacia el claro donde había visto por última vez a Lucía. Suspiró y miró a su alrededor, recordando el lugar.
—Mi Señor, ¿por qué no se marcha por la mañana? —dijo Jorge. Le preocupaba que a Gastone le resultara difícil ya que era de noche.
—Hay muchos ojos cuando el sol está encendido —respondió Gastone. Sonrió y le dio una palmada en el hombro a Jorge.
—No te preocupes por mí. Enfócate en ti mismo y las decisiones que necesitas tomar —alentó Gastone. Sabía que Jorge tendría dificultades ya que involucraba a su amigo y pareja.
—Lo intentaré… —Jorge hizo una pausa y suspiró profundamente. No sabía qué hacer en ese momento y le gustaría estar solo por un tiempo.
Gastone sonrió. Agarró sus bolsas y se adentró más en el bosque. Su figura se mezcló lentamente con la oscuridad mientras lamía el colgante de rosa y abría el portal. Lo cruzó inmediatamente sin perder tiempo.