Al día siguiente, Gastone recibió una respuesta de Draco. Lo esperaba, pero su corazón estaba dolorido porque finalmente todo llegaría a su fin.
Cuando Gastone abrió la carta, era un espacio en blanco con una sola palabra escrita en el medio.
—¡NO!
La boca de Gastone se quedó abierta de la sorpresa por cómo Draco se había comunicado con él.
—¿Qué es? ¿Un niño? —jadeó Gastone antes de arrugar el papel. Estaba a punto de tirar el sobre cuando cayó otro papel, y ni siquiera se sorprendió. Tomó la hoja y leyó su contenido.
—Estoy ocupado. Te prestaré atención en los próximos tres días, —murmuró Gastone incrédulo.
—¡¿Tres días!? ¿Cómo se lo digo a ella! —gritó Gastone estresado mientras se masajeaba la cabeza. Le preocupaba que Lucía reaccionara exageradamente y huyera en lugar de esperar.