El caos y el desastre cayeron sobre la Manada Místico, y cada hombre luchó para defender su vida y su familia. Las mujeres y niños corrieron al refugio subterráneo, pero cuando llegaron, un montón de caballeros Sabrecrown ya estaba posicionado para impedirles la entrada.
Cuerpos sin vida, salpicaduras de sangre y lobos heridos decoraban la zona mientras la guerra continuaba. Las bombas seguían explotando y destruyendo todo en su camino, seguidas de gritos de ayuda y miedo.
Felicia se quedó quieta mientras observaba a Paku y Piku tendidos en el césped. Suspiró y miró lo que estaba sucediendo con la manada. Quería escapar a un lugar seguro pero no podía dejarlos solos.
«Debo protegerlos», pensó Felicia antes de respirar hondo y prepararse para lo peor. Se transformó a su forma humana para que no la mataran si los caballeros Sabrecrown la veían.