Felicia apretó los puños para ganar fuerzas para lo que estaba a punto de hacer. Ante ella había un edificio majestuoso que se parecía a un castillo pero más pequeño en tamaño comparado con el Palacio de Sabrecrown.
—Puedo hacer esto —susurró Felicia, colocándose la túnica negra sobre la cabeza para ocultar su rostro. Planeaba infiltrarse en la Packhouse lo antes posible, y su llegada era en el momento perfecto.
Había una larga fila en la entrada de la casa, y los guardias revisaban a cada omega que estaba a punto de entrar.
Felicia se colocó en la fila y mantuvo la cabeza gacha. Olisqueó la túnica para asegurarse de que el olor de Gemma permaneciera intacto.