Felissa regresaba a su habitación. Sus hombros estaban caídos por pensar que necesitaba volver a casa. No podía evitar sentirse cansada y quería dormir durante todo el día.
—Señorita, ¿está bien? —preguntó Vicenzo al notar su cambio de aura.
—Sí, señor Vicenzo. Supongo que nuestro tiempo juntos es corto. Volveré a mi manada en los próximos días —dijo Felissa suavemente, mostrando lo mucho que le desagradaba la idea.
Eso hizo que Vicenzo se sintiera curioso. Sabía que Felissa era de la manada Medianoche, 9º rango. No respondió a las palabras de Felissa y continuó siguiéndola.
De alguna manera, una parte de Vicenzo estaba encantada de que Felissa ya no estuviera cerca. Sin embargo, otra parte de él estaba preocupada por su bienestar, sabiendo que Fabio rondaba por ahí.
El pecho de Felissa sintió el dolor de que Vicenzo no respondiera. Se sintió incómoda, sabiendo que no valía nada para él.