Felissa se sentó incómodamente en el carruaje. Frente a ella estaba Fabio, sonriéndole de oreja a oreja. Parpadeó un par de veces ya que lo siguiente que supo, estaban yendo hacia la ciudad.
—Conozco muchos lugares buenos a los que podemos ir —afirmó Fabio con una sonrisa. Se sentía emocionado sabiendo que Felissa estaría con él durante todo el día. Para él, era la oportunidad perfecta para captar su atención.
—Yo no accedí a esto —respondió Felissa e ignoró las palabras de Fabio.
La sonrisa de Fabio desapareció, y miró a Felissa con desagrado. —Vas a ser mi pareja y esposa después de que este evento termine. No creo que tengas que preocuparte por decidir mucho —afirmó Fabio con una sonrisa. Se recostó y cruzó los brazos. Tenía una expresión amable en su rostro, pero sus ojos mostraban sus malas intenciones que Felissa aún no reconocía.