—Ah, ¿qué debería hacer ahora? Una Reina, ¿eh? Tendré tantas obligaciones que cumplir —murmuró Rosina, recordando la cantidad de papeleo que tenía que hacer cuando era la Reina de la 13ª manada.
—Solía pensar en huir a un lugar pacífico después de que todo esto terminara, pero aquí estoy, atrapada en este lugar con un montón de responsabilidades —susurró Rosina y cubrió sus ojos con un brazo. Se sentía abrumada pero no quería interferir con el liderazgo de Draco ya que estaba cansada de todos los problemas dentro del reino Hombre lobo.
Rosina pasó su mano hacia su pecho mientras su otra mano bajaba hacia su clítoris. Jadeó cuando sintió un leve cosquilleo en su piel.
—Ah~ —Rosina gimió al darse placer. Puso tres dedos en su clítoris y masajeó la zona en círculos, construyendo lentamente la presión.