Orso apretó su agarre en el cuello de Rosina, cortando el flujo de sangre en sus venas pero asegurándose de que aún respiraba.
—¿Te gusta que te jodan como a una perra? —Orso susurró y lamió los labios resecos de Rosina por la respiración agitada.
—¡S-sí! —Rosina gritó mientras intentaba reunir la fuerza para vocalizar. Su mente estaba nublada por todas las sensaciones que estaba experimentando.
—¿Te gusta cómo mi c0ck abre ese agujero apretado tuyo? —Orso declaró y procedió a besar el cuello de Rosina y lamer su sudor antes de morder su lóbulo de la oreja sensualmente.
—¡Oh, diosa! ¡Sí! —Rosina abrazó el cuerpo de Orso para acercar su piel a él. Sus uñas se clavaron en la carne de Orso mientras se deslizaba sobre ella, haciendo cortes en su piel.
Pero en lugar de dolor, Orso sintió placer por la incomodidad que experimentó, ya que demostraba que Rosina estaba disfrutando de su c0ck, lo que aumentaba su orgullo y ego.