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Rosina cerró los ojos para evitar arcadas por el tamaño y grosor de Draco, estirando su garganta al máximo. Empujó la cadera de Draco para retirar su c0ck y tomó un respiro corto.
—Eso estuvo bien —Draco susurró mientras respiraba pesadamente. Sus ojos parpadeaban entre su lobo y sus pupilas humanas ya que su lado animalista rogaba tomar control.
—Lo sé —Rosina respondió antes de sostener el c0ck de Draco y chupar la punta, asegurándose de que su lengua se deslizara en los bordes. Ella miró hacia arriba a Draco con sus ojos agrandados como los de un cachorro.
—Usa mi boca, Draco —Rosina susurró y abrió sus labios mientras sacaba la lengua.
—¿Estás segura? —Draco dudaba ya que su c0ck apenas cabía en la boca de Rosina, y sus dientes se sentían en su eje.
—Sí, piénsalo como mi coño —Rosina lamió sus labios e hizo un gesto para que Draco le f0llara la boca.