Los ojos de Pepe se abrieron de par en par al ver de nuevo la apariencia de Mari. Miró a su alrededor en busca de Rosina, pero no la encontraba por ninguna parte. Se transformó en su forma humana.
—¡No eres real! —Pepe gritó y se frotó los ojos con la esperanza de que solo estuviera viendo cosas, pero cuando miró de nuevo, el rostro de Mari estaba a centímetros de su cabeza.
—¿Por qué me mataste? Soy tu pareja, —susurró Rosina, usando la voz de Mari. Ya que usaba el alma de Mari para tomar su apariencia, podía sentir la tristeza y el resentimiento de Mari por Pepe.
—¡Un Omega no se convertirá en mi pareja! ¡Soy un Rey! ¡Merezco a alguien de mayor rango! —Pepe respondió mientras negaba con la cabeza. Dio un paso atrás para evitar tocarse con Mari.
Rosina sintió que el alma de Mari intentaba apoderarse de su cuerpo. Era una de las desventajas cuando dejabas entrar un alma a tu cuerpo, ya que intentarían tomar el control.