El sol se alzaba en el cielo del mundo exterior, pero Rosina no podía dormir ya que estaba ocupada revisando los planos del Palacio.
—¿Eh? Su plan es simple. Están seguros de que ganarán contra la 13.ª manada —murmuró Rosina mientras bebía su leche tibia.
—Bueno, tienen más números en comparación con la 13.ª manada ahora —afirmó Rosina al recordar la pérdida de la manada Corona de Sable en la primera guerra con la 13.ª manada.
Los ojos de Rosina se desviaron hacia la forma dormida de Mari. Suspiró y se preguntó cómo reaccionaría Pepe si más tarde le presentaba a Mari.
—Si está tan desesperado por tener una Reina. Él la aceptará —se encogió de hombros Rosina y escondió los papeles en el cajón.
Rosina fue a la habitación de Vanda y la vio durmiendo plácidamente en su cama. Sonrió con malicia cuando una idea le golpeó la mente. Agarró una almohada y caminó al lado de Vanda.